Los síntomas psicóticos persistieron tras el inicio de la terapia antirretroviral combinada, lo que llevó al diagnóstico de la LV y HLH.
Por: María Camila Sánchez
Un paciente masculino de 25 años asistió al centro médico presentando psicosis (delirios paranoides, alucinaciones auditivas y ansiedad mayor, asociados con tos, fiebre, faringitis, candidiasis oral y erupción cutánea. Refirió haber practicado relaciones sexuales sin protección con pareja masculina y un viaje a Grecia 10 días antes de los primeros síntomas.
Los valores de laboratorio revelaron un aumento de la proteína C reactiva, anemia leve con bajo recuento de reticulocitos, linfopenia, neutropenia hasta 600/mm3 y trombocitopenia.
Los resultados de las pruebas de laboratorio confirmaron la infección por VIH, con una carga viral significativa y un recuento bajo de linfocitos T CD4+. Sin embargo, el inmunoblot mostró un patrón de bandas inusual, lo que generó incertidumbre sobre el estadio de la infección por VIH.
Sospechas de una infección adicional
A pesar del inicio de la terapia antirretroviral combinada (TARC), los síntomas psicóticos y la fiebre persistieron, lo que llevó a una mayor investigación. Se diagnosticó un síndrome hemofagocítico (HLH), una condición potencialmente mortal, y la causa subyacente resultó ser una infección por leishmaniasis visceral (LV).
El diagnóstico de la LV se obtuvo después de una biopsia de médula ósea que mostró la presencia de Leishmania spp. Esta rara coinfección de VIH y LV se agravó con la complicación del HLH. El paciente fue tratado con anfotericina B liposomal intravenosa y finalmente se recuperó completamente.
Para datar la infección por VIH, se empleó un ensayo de incidencia específico diseñado para la vigilancia del VIH, que se basa en la detección de la unión de anticuerpos a las glicoproteínas gp41 y gp120 en las dos muestras que arrojaron resultados positivos en el inmunoblot y que, además, presentaron patrones idénticos.
Sorprendentemente, los resultados de esta prueba no respaldaron la hipótesis de una infección reciente de menos de seis meses. Este complejo caso fue sometido a un análisis exhaustivo por parte de un equipo multidisciplinario, que incluyó especialistas en enfermedades infecciosas, virólogos y parasitólogos, sin embargo, no se pudo llegar a una conclusión definitiva acerca del estadio de la infección por VIH.
Riesgos de la coinfección de VIH y LV
La LV se comporta como una infección oportunista importante, aunque no se considera un evento clasificatorio del SIDA La presentación clínica de la leishmaniasis visceral en pacientes inmunodeprimidos puede ser atípica y su control depende de una respuesta inmunitaria basada en CD4+ Th1, que es deficiente durante la infección por VIH, lo que facilita la diseminación de la enfermedad.
Cuando se desconoce o se trata la infección por VIH, la Leishmania quiescente puede descubrirse porque la inmunidad se ve afectada por el VIH. Recíprocamente, la infección por Leishmania favorece la progresión del VIH y los recuentos de linfocitos T CD4+ son significativamente inferiores en los pacientes infectados por el VIH que sufren coinfección.
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