Algunas causas del sangrado del intestino delgado, como las lesiones vasculares, siguen siendo difíciles de diagnosticar a pesar del uso de diversas modalidades de diagnóstico.
Por: Katherine Ardila
Una mujer agricultora de 65 años fue ingresada de urgencias con un historial de cinco años de melena (hemorragia digestiva) intermitente. La paciente tenía antecedentes médicos de hipertensión controlada y una úlcera duodenal, aunque no reportaba el uso de antiinflamatorios no esteroideos.
A su llegada, se encontraba hemodinámicamente estable, con una mente despejada, pero con un aspecto anémico. No se detectaron signos anormales en la exploración física de su corazón, pulmones o abdomen.
Exámenes preliminares
Los análisis de laboratorio iniciales mostraron que la paciente tenía un nivel extremadamente bajo de hemoglobina (2.8 g/dL), aunque sus recuentos de glóbulos blancos y plaquetas eran normales. También se detectó sangre oculta en las heces, lo que sugería una hemorragia interna en el sistema digestivo.
Debido a esto, se inició un tratamiento con líquidos intravenosos, medicamentos para reducir el ácido estomacal y una transfusión de sangre. Posteriormente, se realizaron una endoscopia del estómago (gastroscopia) y una colonoscopia para buscar la fuente del sangrado, pero no se encontró ninguna hemorragia activa, solo una úlcera duodenal cicatrizada que no justificaba la pérdida de sangre que la paciente estaba experimentando.
Al no haber hallado la causa del sangrado, se sospechó que la hemorragia provenía del intestino delgado. Para investigar esta posibilidad, se realizó una tomografía computarizada del intestino delgado, pero los resultados fueron negativos. Como siguiente paso, se sugirió realizar una endoscopia por videocápsula (una cámara pequeña que se ingiere para visualizar el intestino), pero la paciente rechazó este examen debido a que no estaba cubierto por su seguro.
Un mes después regresó con hemorragia persistenteEn su lugar, optó por una enteroscopia de doble balón, un procedimiento que también resultó negativo para sangrado. Aunque su hemoglobina mejoró a 8.5 g/dL tras la transfusión y parecía estar clínicamente estable, la paciente decidió abandonar el hospital por razones económicas. Los médicos le advirtieron que el sangrado podría reaparecer y que era necesario identificar el lugar de la hemorragia.
Un mes después, la paciente regresó al hospital con una nueva hemorragia masiva. Se propuso realizar una angiografía, un examen que podría localizar y tratar la hemorragia, pero la paciente nuevamente rechazó este procedimiento tras ser informada de sus riesgos.
Lesión de dieulafoy en el duodeno
Finalmente, la paciente aceptó someterse a una endoscopia por videocápsula, que mostró sangre fresca entre el duodeno (la primera parte del intestino delgado) y el yeyuno (la segunda parte). Posteriormente, se realizó una endoscopia de emergencia, en la que se descubrió un vaso sanguíneo anormalmente prominente y sangrante, conocido como una lesión de Dieulafoy, en el duodeno. Se colocaron clips para detener el sangrado con éxito.
Después del procedimiento, la paciente mejoró rápidamente, sus heces volvieron a su color normal, y fue dada de alta dos días después. Actualmente, la paciente sigue bajo seguimiento médico y no ha presentado más episodios de sangrado gastrointestinal.
Hemorragia en el intestino delgado
La hemorragia del intestino delgado, aunque rara, sigue siendo un desafío diagnóstico a pesar de los avances tecnológicos como la endoscopia capsular, la enteroscopia profunda y las imágenes radiográficas.
Las lesiones vasculares, como la de Dieulafoy, representan una parte importante de las hemorragias del intestino delgado, especialmente en pacientes mayores de 40 años, como lo es en este caso (Zhu, L. et al).
Tratamiento endoscópico
Aunque es comúnmente encontrada en el estómago, una pequeña proporción de estas lesiones puede ocurrir en el intestino delgado. La naturaleza intermitente de su sangrado puede hacer que se pase por alto en exámenes endoscópicos si no se realiza en el momento adecuado.
El tratamiento endoscópico, como la aplicación de hemoclips, es altamente efectivo para controlar estas hemorragias, como se demostró en este caso. Sin embargo, es importante seguir monitoreando a los pacientes a largo plazo, ya que existe la posibilidad de recurrencia.