En cada caso, el enfoque nutricional debe ser individualizado y basado en evidencia científica.
Por: Katherine Ardila
Un hombre de 26 años acude a la consulta de Atención Primaria con diagnóstico de enfermedad de Crohn desde hace dos años. Actualmente, se encuentra en tratamiento con adalimumab y no ha presentado brotes desde su debut.
El paciente expresa preocupación por la posibilidad de necesitar una colostomía en el futuro y desea evitar esta situación. Ha probado varias dietas, pero no sabe cuál es la más adecuada para su condición.
Evaluación y recomendaciones nutricionales
Aunque la dieta no es un factor curativo en la enfermedad de Crohn, desempeña un papel importante en el manejo de los síntomas y en la prevención de complicaciones. No existe una guía nutricional específica universalmente aceptada, pero se recomienda individualizar las recomendaciones según los síntomas y tolerancia de cada paciente.
Restricciones alimentarias
- Lácteos: La restricción de lácteos se recomienda principalmente para aliviar síntomas como la diarrea en pacientes con intolerancia a la lactosa, pero no se ha demostrado que mejore el pronóstico de la enfermedad.
- Gluten: No hay consenso sobre la restricción del gluten. Algunas dietas, como la de exclusión de la enfermedad de Crohn, lo evitan, mientras que otras, como la dieta Groningen, permiten el consumo de panes integrales y cereales sin aditivos.
- Café y alcohol: Se recomienda evitar el alcohol debido a su potencial irritante en el tracto gastrointestinal. El café está permitido en la mayoría de las dietas, excepto en la dieta de exclusión de la enfermedad de Crohn.
- Azúcar y edulcorantes: Se prefiere el uso de miel sobre edulcorantes artificiales, aunque estos últimos están permitidos en la mayoría de las dietas, excepto en la dieta FODMAP.
Enfoque nutricional
Se recomienda una dieta con las menores restricciones posibles, adaptada a las necesidades individuales del paciente, para evitar deficiencias nutricionales y mantener una microbiota intestinal saludable.
Es fundamental realizar un seguimiento nutricional para ajustar la dieta según la evolución del paciente.
Caso 2: Paciente con obesidad y diabetes tipo 2Una mujer de 52 años con obesidad grado I y diabetes tipo 2 recién diagnosticada acude a la consulta buscando consejo dietético para evitar el tratamiento farmacológico.
La paciente menciona que su hija de 15 años es vegetariana y su hijo de 20 años sigue una dieta cetogénica (keto), y se pregunta si alguna de estas opciones sería adecuada para ella.
Evaluación y recomendaciones nutricionales:Dieta vegetariana:
Una dieta vegetariana bien planificada y suplementada puede ser nutricionalmente adecuada para pacientes con diabetes y obesidad. Sin embargo, es importante asegurar la ingesta suficiente de nutrientes como vitamina B12, hierro, zinc y calcio, especialmente en adultos mayores y adolescentes.
Dieta cetogénica (Keto):
La dieta cetogénica, caracterizada por un alto consumo de grasas (70-80 %), un consumo moderado de proteínas (20 %) y un bajo consumo de carbohidratos (<50 g/día), puede ser efectiva para la pérdida de peso y el control glucémico a corto plazo. Sin embargo, su uso a largo plazo es controvertido debido al riesgo cardiovascular asociado con el alto consumo de grasas.
"La dieta cetogénica podría ser una opción más efectiva a largo plazo para la pérdida de peso que las habituales dietas bajas en grasas". Esta afirmación es cierta, ya que algunos estudios han demostrado que la dieta keto puede ser más efectiva para la pérdida de peso y la mejora de factores de riesgo cardiovascular en comparación con dietas bajas en grasas.
3. Recomendación final
Para esta paciente, se recomienda una dieta mediterránea modificada, que combina un alto consumo de vegetales, frutas, legumbres, cereales integrales, pescado y grasas saludables (como el aceite de oliva), con una restricción calórica moderada.
Esta dieta ha demostrado beneficios tanto para el control de la diabetes como para la reducción del riesgo cardiovascular.
Si la paciente desea explorar opciones como la dieta vegetariana o cetogénica, es fundamental que lo haga bajo supervisión médica y nutricional para evitar deficiencias nutricionales y complicaciones metabólicas.
Conclusión
En este caso (Elisa Riera), el enfoque nutricional debe ser individualizado y basado en evidencia científica.
Por ejemplo, para el paciente con enfermedad de Crohn, se recomienda una dieta con restricciones mínimas y adaptada a sus síntomas, evitando alimentos que puedan exacerbar su condición.
Para la paciente con diabetes tipo 2 y obesidad, la dieta mediterránea es la opción más segura y efectiva, aunque otras dietas como la vegetariana o cetogénica podrían considerarse bajo supervisión profesional.
En ambos casos, el seguimiento médico y nutricional es esencial para garantizar un manejo adecuado de la enfermedad y una mejora en la calidad de vida.