Los tratamientos para las venas varicosas han evolucionado significativamente en las últimas décadas, disminuyendo el porcentaje de recurrencia.
Por: María Camila Sánchez
Tras el reciente lanzamiento de su libro ´Guía de autocuidado: Prevención y tratamiento de venas várices´, en la Clínica Vascular de Bogotá, el Dr. Alberto Muñoz, cirujano vascular de esta institución, conversó en exclusiva con la Revista Medicina y Salud Pública sobre el manejo de las venas varicosas, una condición que afecta a millones de personas en todo el mundo.
La literatura científica define a las venas várices, como venas dilatadas que se desarrollan generalmente en las piernas, debido a un aumento de la presión interna. Según el especialista, esta condición se produce cuando las válvulas venosas fallan, lo que facilita la acumulación de sangre en las venas y causa dilatación de las mismas.
"Una vena varicosa es una vena dilatada y tortuosa que se forma por el aumento de presión en su interior, como si fuera una bomba de aire que se infla", señaló.
El desarrollo de esta condición está muy condicionado con la herencia genética. De hecho, el Dr. Muñoz menciona que "cuando una persona tiene familiares que han tenido varices, como sus padres o abuelos, tiene un mayor riesgo de desarrollarlas", señaló.
Pero también factores como estar de pie durante largos periodos, múltiples embarazos y el uso de anticonceptivos hormonales también pueden aumentar el riesgo.
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Los tratamientos para las venas varicosas dependen del tipo de vena várice que se presente, sin embargo, estos han evolucionado significativamente en las últimas décadas.
De hecho, se dice que tradicionalmente el tratamiento consistía en la extracción quirúrgica de las venas afectadas, un procedimiento conocido como safenectomía. Sin embargo, el Dr. Muñoz explicó que este método no siempre es efectivo y que hasta el 50% de los pacientes pueden experimentar una recurrencia de las varices.
"Hasta en el 50 por ciento de las personas se pueden volver a presentar las várices haciendo ese tipo de cirugía, entonces se empezaron a buscar tratamientos menos invasivos más conservadores entonces se empezó a trabajar en la ablación".
Ablación para el manejo de venas várices
Gracias a esto, al día de hoy, se cuentan con métodos menos invasivos y más conservadores, como la ablación térmica y química. La ablación térmica utiliza calor para causar un daño controlado en la pared de la vena, lo que provoca su cierre y fibrosis.
"La radiofrecuencia y el láser son técnicas de ablación térmica que producen un daño en la pared de la vena para que esta se esclerose y se cierre", explicó el Dr. Muñoz.
Por otro lado, la ablación química, o escleroterapia, utiliza medicamentos que se inyectan en la vena para secarla y cerrarla. Una técnica innovadora en este campo es la escleroterapia con espuma, que consiste en inyectar una espuma esclerosante en la vena guiada por ultrasonido para sellarla de manera efectiva.
¿Por qué debe tratar adecuadamente las venas várices?
El Dr. Muñoz advirtió sobre las complicaciones que pueden surgir si no se tratan las venas varicosas a tiempo. "Al principio, las varices pueden parecer un problema menor, pero con el tiempo pueden afectar gravemente la calidad de vida", alertó.
Las complicaciones incluyen inflamación de las piernas, manchas en la piel, úlceras varicosas y tromboflebitis, que pueden causar dolor y sangrado.