La Enfermedad Arterial Periférica (EAP), es una condición que afecta a millones de personas en todo el mundo y puede tener consecuencias graves.
La Enfermedad Arterial Periférica (EAP) afecta el flujo sanguíneo en las arterias de las piernas, brazos y pelvis, la patología se produce cuando las arterias se estrechan o se obstruyen debido a la acumulación de placa, que puede causar dolor, entumecimiento, debilidad muscular y otros sintomas.
El Dr. Rafael Santini, Presidente de la Sociedad de Cirugía Vascular y Endovascular, dijo en una conversación con la Revista Medicina y Salud Pública, que la condición puede generar complicaciones graves si no se trata de manera oportuna. "Esta enfermedad es una de las condiciones que nosotros, como cirujanos vasculares, vemos frecuentemente. Se conoce que afecta a alrededor de 10.000.000 habitantes en Estados Unidos", enfatizó.
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Cabe destacar, que los factores de riesgo de la EAP incluyen la edad, el tabaquismo, la diabetes, la hipertensión arterial y el colesterol alto. "La prevalencia va aumentando a los 60 años, ya se sabe que después de los 70 a 75 años esta condición aumenta hasta un 15% y muchos de estos pacientes no tienen ni un solo síntoma", explicó el galeno.
Síntomas comunes
Por otra parte, los síntomas de la enfermedad incluyen dolor, entumecimiento, molestia, pesadez en los músculos de las piernas al caminar o subir escaleras, además del pulso débil o ausente en estas extremidades. Además, según aclara el especialista, "se presentan heridas, llagas en los dedos de los pies y las piernas que pueden tardar en sanar o no sanan bien".
Las extremidades del cuerpo pueden presentar un color pálido azulado, la temperatura en una de las piernas puede ser más baja que en la otra. También puede haber crecimiento lento de las uñas de los pies, así como disfunción eréctil, especialmente en hombres diabéticos.
Diagnóstico de la PAD
De hecho, el diagnóstico de la (EAP) se basa en una combinación de sintomatología clínica, exploración física detallada y pruebas complementarias. El médico realizará un examen físico minucioso buscando signos de disminución del pulso arterial, cambios en la temperatura de la piel, úlceras o heridas que no cicatrizan, cambios en la coloración de la epidermis o pérdida de vello en las extremidades.
Ahora bien, un término que se utiliza con frecuencia para diagnosticar esta condición es el índice tobillo-brazo (ITB). Esta herramienta permite evaluar la circulación arterial hacia las extremidades inferiores, comparando la presión sistólica de las arterias en los tobillos con las arterias en los brazos.
Además, el Dr. Santini hizo hincapié en que "se pueden realizar pruebas complementarias para confirmar el diagnóstico, como el ITB; una disminución de este puede indicar un estrechamiento o bloqueo de las arterias en las piernas".
También se pueden realizar pruebas de imagen, como la angiografía por resonancia magnética o la angiografía por tomografía computarizada, que permiten visualizar con detalle el flujo sanguíneo en las extremidades detectando posibles obstrucciones arteriales.
Tratamiento de la enfermedad
Por otra parte, uno de los principales tratamientos para prevenir y/o retrasar el progreso de la EAP es el cambio en el estilo de vida. Mantener una dieta saludable y equilibrada, hacer ejercicio periódico evitando hábitos poco saludables como fumar, son medidas clave.
Según el experto, "los medicamentos también pueden ser prescritos para controlar los factores de riesgo de la EAP, como la hipertensión arterial y el colesterol alto. Los anticoagulantes también pueden ser utilizados para prevenir la formación de coágulos sanguíneos que pueden obstruir las arterias."
En casos graves, la cirugía puede ser necesaria para restaurar el flujo sanguíneo normal en las piernas. Es importante recordar que el tratamiento debe ser personalizado adaptándolo a las necesidades individuales de cada paciente
Prevencion y reduccion del riesgo
Lo importante, es mantener los niveles saludables de colesterol, siguiendo una dieta baja en grasas saturadas, consumiendo alimentos ricos en fibra y ácidos grasos omega-3.
"Para controlar la hipertensión, es indispensable reducir el consumo de sodio y de alcohol, se debe aumentar la ingesta de potasio y magnesio", añadió el Dr. Santini.
Algunos de los consejos que el especialista dio para evitar contraer esta enfermedad son el consumir alimentos ricos en frutas, verduras, granos enteros y proteínas magras, mantener un peso saludable mediante una dieta equilibrada y actividad física regular, "recomendando realizar al menos 150 minutos de actividad física moderada o 75 minutos de actividad intensa por semana".