Las conexiones íntimas sólidas, reducen los sentimientos de soledad, depresión y ansiedad que se relacionan con un mayor riesgo de enfermedad cardíaca.
Por: Mariana Mestizo Hernández
Para varias personas que padecen del corazón el sexo se vuelve toda una travesía y todo un riesgo, ya que implica el miedo de que este tipo de actividad física sea la que desencadene un infarto, debido a lo exhaustivo y aventurado que pudiera llegar a ser.
Sin embargo, según estudios científicos, realmente la evidencia sobre los riesgos o los beneficios de la actividad sexual en este tipo de pacientes aún es limitada, ciertamente, es en personas sanas, sí existe evidencia que indica que contar con una buena salud sexual es mucho mejor para la salud en general, comparándolo con el hecho de que no se tenga.
¿La actividad sexual se asocia a la enfermedad cardiovascular?
Según un artículo publicado en el American College of Cardiology sobre un estudio realizado en 536 pacientes con enfermedad cardiovascular entre los 30 y los 70 años, en los que se evaluó la actividad sexual antes de los 12 meses que sucediera un infarto o ataque al corazón.
Asimismo, se buscó establecer la conexión entre la actividad sexual y otros eventos del corazón. Ellos evidenciaron que el sexo como tal, es raramente causa de un efecto negativo en este órgano y que en la mayoría de los pacientes fue seguro tener una actividad sexual posterior a un evento de este tipo.
Agregando a lo anterior, en el resultado de este estudio, arrojó que menos del 1% reportó haber tenido sexo dentro de una hora previa a sufrir un ataque y el otro 78% lo tuvo, por lo menos, 24 antes de que este ocurriera. Así que no existe soporte científico sólido que diga que el sexo puede tener como efecto adverso un evento cardiovascular o que este sea el principal factor que lo desencadene.
¿Es real que cuando se tiene menos sexo puede padecer más del corazón?
Aunque se dice que quienes sufrieron un ataque al corazón reciben orientación por parte de sus médicos y estímulo para retomar su vida sexual, es importante que los profesionales informen a los pacientes sobre cuál es la mejor forma de retomar la actividad sexual sin preocupación y precaución, ahora bien, hay estudios que prueban que si no destina una parte de su vida a mantener esta actividad, el corazón comenzará a presentar problemas.
Por otra parte, en otro estudio hecho esta vez por el grupo de Susan A. Hall, PhD del Departamento de Epidemiología en los New England Research Institutes, encontró que los hombres que reportaron tener una actividad sexual una vez al mes o menos, tuvieron un mayor riesgo a padecer alguna enfermedad cardiovascular.
Ciertamente, los resultados son importantes porque ninguno de ellos tuvo en primera instancia, algún antecedente de este tipo de enfermedad al inicio del estudio y se incluyó una muestra de 1,165 hombres con una edad promedio de 50 años, de los cuales 213 sí presentaron disfunción eréctil; además, se les dió un seguimiento de 16 años aproximadamente. Tiempo suficiente para evaluar y obtener hallazgos más certeros y cercanos a la realidad.
En comparación con aquellos que reportaron tener actividad sexual de 2 a 3 veces por semana; los hombres con actividad sexual de una vez o menos al mes, tuvieron 45% más de riesgo de enfermedad del corazón durante el tiempo que duró el estudio.
El sexo puede ser un factor protector ante la enfermedad cardiovascular
Ahora bien, varios expertos exponen que los estudios sugieren que los hombres y mujeres que tienen sexo por lo menos 2 veces a la semana o que reportan tener una vida sexual satisfactoria, son menos propensos a tener un ataque al corazón.
Por lo tanto, el tener sexo se considera como una forma de ejercicio, no intenso pero hace que aumente la frecuencia cardíaca y, por ende, fortalece al corazón. Además, ayuda a disminuir la presión arterial, el estrés físico y mental, por lo que provoca y mejora la calidad del sueño.
De ahí que, en la literatura también asegura que la intimidad de una relación puede acrecentar vínculos, por lo cual, las conexiones sólidas reducen los sentimientos de soledad, depresión y ansiedad que se relacionan con un mayor riesgo de enfermedad cardíaca.
Fuente consultada aquí.