Se ha descubierto que corazones más esféricos están asociados con un mayor riesgo de fibrilación auricular, mientras que corazones más pequeños tienen mayor predisposición a la diabetes.
Por: Katherine Ardila
Un equipo internacional de investigadores, liderado por científicos españoles y británicos, ha logrado establecer una relación entre la morfología cardíaca y el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, según un estudio publicado en Nature Communications.
Este trabajo, utilizó modelos tridimensionales de resonancia magnética de más de 40,000 corazones para analizar las variaciones en la forma del corazón, identificando asociaciones genéticas y clínicas significativas.
La investigación apunta a que una mayor esfericidad del corazón está relacionada con un mayor riesgo de fibrilación auricular, mientras que corazones más pequeños presentan una asociación con un mayor riesgo de diabetes.
Estas observaciones se lograron a través de la segmentación digital de imágenes cardíacas provenientes de la UK Biobank, una base de datos que contiene información sanitaria y genética de medio millón de participantes.
Un modelo tridimensional único
A diferencia de los parámetros convencionales utilizados en la práctica clínica, como el volumen ventricular o el grosor del miocardio, este estudio desarrolló un modelo tridimensional basado en 11 coordenadas matemáticas.
Estas dimensiones abarcan características como tamaño, orientación, grosor y esfericidad del corazón, permitiendo una caracterización más completa y precisa de la morfología cardíaca.
"Es la primera vez que se realiza una representación tridimensional completa del corazón para investigar su relación con enfermedades cardiovasculares", señaló la Dra. Patricia B. Munroe, catedrática de medicina molecular en la Queen Mary University of London.
Según Julia Ramírez, investigadora de la Universidad de Zaragoza, este enfoque permitió analizar cómo los cambios genéticos influyen en la forma del corazón y cómo estas variaciones se correlacionan con enfermedades a lo largo del tiempo.
Coordenadas que representan la forma del corazón.QUEEN MARY UNIVERSITY/KING'S COLLEGE LONDON/UNIVERSIDAD DE ZARAGOZA
Descubrieron nuevas áreas genéticas y su potencial clínicoEl análisis genético identificó 45 regiones del genoma asociadas con la forma del corazón, de las cuales 14 resultaron ser previamente desconocidas.
Aunque aún no se comprende completamente la función de estos genes, los investigadores consideran que abren la puerta a nuevas líneas de investigación para entender su relación con enfermedades cardiovasculares.
Además, señaló que los avances en el análisis genético, ahora más accesible y económico, podrían permitir en el futuro el desarrollo de métodos de detección temprana más precisos basados en estas variaciones genéticas.
Relevancia clínica y perspectivas futuras
Aunque el estudio proporciona información sobre la relación entre la genética, la forma del corazón y el riesgo cardiovascular, los expertos aclaran que su aplicación clínica aún está en desarrollo.
La Dra. Ana García Álvarez, jefa de Cardiología del Hospital Clínic de Barcelona, destacó que, si bien estos hallazgos son prometedores, la influencia del estilo de vida sigue siendo el principal determinante de la salud cardiovascular.
El equipo de investigación planea expandir el análisis hacia imágenes de resonancia en sístole, lo que podría aportar nueva información genética y morfológica.
Además, se está evaluando cómo estos modelos de forma tridimensional podrían integrarse en la práctica clínica como biomarcadores adicionales para la predicción de riesgo cardiovascular.
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