Ella es la primera electrofisióloga en Puerto Rico y regresó luego de especializarse con el firme anhelo de ofrecer mayor calidad de vida a sus pacientes.
Por: Belinda Burgos
Suleyka Olivero Rivera, soñó desde muy niña con convertirse en médico y lo logró. Al iniciar su carrera vio la cardiología como su norte profesional. Hizo su escuela médica en la Universidad Central del Caribe en Bayamón y posteriormente su internado y medicina interna en San Juan, al igual que su práctica en Cardiología.
“La cardiología me gusta, pero entrenando descubrí que la electrofisiología me apasiona. Observando que la cardiología general está dominada por hombres, me tracé el objetivo de representar a la mujer puertorriqueña, llenando un espacio donde no estaba nuestra fuerza y nuestra virtud”, expresó.
“Me atrevo a decir que soy la primera mujer electrofisióloga en hacer su práctica en Puerto Rico; la mayoría son hombres, tenemos 14 especialistas y 13 son de este género”, dijo orgullosa.
Esta subespecialidad la terminó ahora en julio y una vez culminada, sintió el compromiso de regresar al país, a servir a su gente y volver donde nació. “No hay mejor lugar para mí que aquí, y vengo a retribuir con mi servicio todo lo que se me ha dado. Quiero hacer mi aporte con estos procedimientos nuevos en innovadores”, comentó Olivero.
Mencionó que en este regreso a la Isla la han recibido con los brazos abiertos, y resaltó que todos sus compañeros le han ayudado mucho a reintegrarse.
Dispuesta a los retos
Actualmente, cuenta con una oficina en Bayamón Medical Center, paralelamente atiende pacientes en el hospital San Lucas en Ponce.
Mencionó que está ansiosa por afrontar todos aquellos retos que se presenten, y la medicina es un área especial para ello. Actualmente, está incorporada a los hospitales, hace procedimientos los martes y los miércoles está todo el día en el Bayamón Medical Center.
En Puerto Rico predominan condiciones cardiológicas como la fibrilación auricular, según la experiencia, que va unida a otras condiciones como las cardiopatías, donde es necesario que el paciente cuente con las herramientas y procedimientos modernos para regular su anomalía.
Mujer y madre
Es casada, su esposo también es médico y tienen un hijo de 5 años de edad. Está siempre atenta de las necesidades en su hogar, de sus compromisos familiares. “Con mi pareja tenemos un trabajo en equipo para brindarle atención al niño, tratando de manejar correctamente el tiempo, y brindar lo mejor de nosotros a las familias y a nosotros mismos”, agregó.
Olivero expresó que el apoyo de las personas alrededor es siempre clave en la realización personal y profesional de cualquier persona. Cree que la mujer, que mantiene tan diversos roles, lo requiere quizá un poco más. En ese aspecto, resaltó la cooperación de muchos durante su entrenamiento.
“Recibí el impulso necesario cuando opté por la electrofisiología, pues debía salir de la Isla para alcanzarlo. Realmente no sé la razón por la cual otras mujeres médicas no optan por hacer la subespecialidad en electrofisiología, pero sí entiendo que salir de casa por dos años puede ser un factor determinante” según comentó.
Médico-paciente
Ama lo que hace. Desde la medicina sabe que influye en el estilo de vida y la expectativa de vida de mucha gente.
Como profesional de la medicina mencionó unas recomendaciones para los pacientes con patologías cardiacas, en quienes asegura es indispensable mantener una vida saludable, con una ingesta balanceada, con un régimen de ejercicio, y que puedan manejar el estrés y otras condiciones adversas, para disminuir algunos impactos en la salud.
“He encontrado con bastante frecuencia que algunas personas se demoran mucho en buscar atención médica, y muchas veces el tiempo se vuelve una limitación para brindar un servicio óptimo, pues los diagnósticos tardíos conllevan a que ciertas patologías avancen” enfatizó Olivero.