Es uno de los fármacos más usados para tratar las alergias, sin embargo, conviene tener presentes algunas consideraciones.
Por: Isbelia Farías
La loratadina es uno de los fármacos más usados hoy día para el manejo de las reacciones alérgicas. Su mecanismo de acción es el de bloquear los receptores H1 de la histamina, una sustancia encargada de modular diferentes reacciones de hipersensibilidad.
La alergia es una reacción aumentada del organismo, ante sustancias o partículas que suelen ser inofensivas para muchas personas. A estas sustancias se les conoce como alérgenos, y sus síntomas son considerados reacciones alérgicas.
Cuando el alérgeno entra en contacto con el organismo, el sistema inmune produce anticuerpos, o inmunoglobulinas, encargados de combatir esa partícula extraña. La exposición continúa al mismo alérgeno lleva a que el anticuerpo libere mediadores inflamatorios, provocando síntomas como los siguientes:
- Respiratorios: estornudos, tos y picor en la garganta.
- Cutáneos: enrojecimiento, inflamación, picor, erupción.
- Digestivos: lesiones en la piel, respiratorias y vómitos.
- Oculares y óticos: picor, ojos rojos y lagrimeo.
Es en estos casos cuando, generalmente, las personas recurren a la loratadina, la cual pertenece al grupo de antihistamínicos de segunda generación, al igual que otros fármacos, diferenciándose de los de primera generación en cuanto a que no producen efectos secundarios, ya que no atraviesan fácilmente la barrera hematoencefálica.
Lo loratadina se suele indicar para afecciones como la urticaria, la rinitis alérgica, el resfriado común y otras.
Este medicamento evita que la histamina se fije a su receptor, bloqueando los efectos sobre los grandes vasos, el tracto digestivo o los músculos bronquiales.
Los bloqueantes H1 también tienen una serie de propiedades que comparten con los anticolinérgicos, los antiespasmódicos y los bloqueantes gangliotónicos y adrenérgicos. Sin embargo, la loratadina carece de efectos anticolinérgicos con significancia clínica a dosis terapéuticas, así lo sugieren algunos estudios.
Otros síntomas de efectos adversos en loratadina
boca seca
sangrado de nariz
dolor de garganta
aftas en la boca
dificultad para conciliar el sueño o mantenerse dormido
nerviosismo
debilidad
dolor de estómago
diarrea
dolor de cabeza
ojos rojos o con picazón
En cuanto a su uso por parte de pacientes asmáticos, en teoría, la pequeña actividad anticolinérgica de este fármaco podría asociarse con un espesamiento de las secreciones bronquiales, lo cual podría empeorar las crisis. Sin embargo, al ser una actividad clínicamente insignificante, la relación riesgo/beneficio suele ser baja, por lo que se usa con frecuencia en personas con esta condición.
Tal como sucede con muchos fármacos, es controversial su uso en mujeres lactantes. Al respecto, una investigación explica que la cantidad que llega al bebé es menos del 1 % de la dosis total ingerida por la madre, la cual no tiene efectos clínicos significativos, por lo que es de uso se podría considerar seguro.
La loratadina puede producir aletargamiento y somnolencia en algunas personas, a pesar de su escasa penetración en el sistema nervioso central. Por esta razón es fundamental informar sobre el peligro que genera conducir o utilizar maquinaria peligrosa si se está bajo tratamiento con este medicamento.
La seguridad y eficacia de la loratadina no se ha establecido en niños menores de 2 años. Por ello, la Asociación Española de Pediatría establece que no se recomienda su uso en este grupo de población.
Aunque es un fármaco muy popular, es importante consultar con el médico de confianza y no automedicarse, en caso de presentar síntomas de infecciones respiratorias o cuadros alérgicos.