Es un medicamento perteneciente al grupo de los antiinflamatorios no esteroides (AINE), utilizado para tratar el dolor, la inflamación y la fiebre.
Este fármaco se utiliza comúnmente para aliviar el dolor asociado con afecciones como la artritis reumatoide, la osteoartritis y la gota. También es eficaz en el tratamiento de migrañas, dolores musculares e incluso menstruales.
Al ser un antiinflamatorio, reduce la producción de sustancias químicas llamadas prostaglandinas que causan inflamación y dolor en el cuerpo. Si se utiliza adecuadamente se deben tomar las precauciones necesarias, puede ofrecer un alivio significativo a aquellos que sufren diversas afecciones.
Sin embargo, es fundamental seguir las recomendaciones médicas, estar informado sobre los posibles efectos secundarios y tener en cuenta las precauciones para garantizar su uso seguro.
¿Cómo se debe usar?
Ahora bien, el medicamento de venta con receta se presenta en tabletas regulares, de liberación retardada, de liberación prolongada y suspensión líquida para tomar por vía oral.
Las tabletas de liberación prolongada se toman una vez al día, mientras que las de liberación retardada y la suspensión solo se consumen dos veces para la artritis. Así mismo, las tabletas regulares y la suspensión se toman cada 8 horas para la gota.
También, se usa a veces para tratar la enfermedad ósea de Paget (una afección en la que los huesos se vuelven anormalmente frágiles y deformes) y el síndrome de Bartter (una afección en la que el cuerpo no absorbe suficiente potasio, lo que provoca calambres, debilidad muscular y otros síntomas.
Efectos segundarios graves
Como consecuencia de su uso prolongado o desmedido, se presentan cambios en la visión, sensación de que la tableta está atascada en la garganta, aumento de peso sin explicación, dificultad para respirar, hinchazón en el abdomen, tobillos, pies o piernas, dolor de garganta, fiebre, escalofríos u otros síntomas de infección.
También pueden presentarse la salida de ampollas, sarpullidos, enrojecimiento de la piel, picazón, urticaria, dificultad para respirar o tragar, ronquera, cansancio, dolor en la parte superior derecha del estómago, náuseas, diarrea, ictericia en la piel o los ojos.
Otros síntomas parecidos a los de la queja, moretones o manchas moradas bajo la piel, ritmo cardíaco rápido, orina turbia, decolorada o con sangre, dolor de espalda, micción difícil o dolorosa, pérdida de apetito y confusión.
Precauciones especiales
Antes de tomar naproxeno, indique a su médico o farmacéutico si es alérgico al ácido acetilsalicílico o a otros AINE como el ibuprofeno (Advil, Motrin) y el ketoprofeno, también cualquier medicamento para el dolor o la fiebre.
Sin embargo, debe revelar qué otros medicamentos, vitaminas, suplementos o productos a base de hierbas está tomando. No tome naproxeno de venta libre con otro analgésico a menos que su médico lo autorice.
No obstante, si tiene asma, enfermedad renal, insuficiencia cardíaca, anemia o si sigue una dieta baja en sodio, si está embarazada, amamantando o planea quedar embarazada, es vital informarse antes de tomar el fármaco.
Fuentes consultadas aquí y aquí.