La nutrición es un componente clave para la recuperación de cualquier cirugía, debido a que los nutrientes asisten al cuerpo a superar el estrés de este proceso.
Por: Lcda. Karina Arroyo Claudio
Luego de una intervención quirúrgica ocurre un aumento en las demandas nutricionales, por lo que debe considerarse los requisitos de proteína del paciente, el nivel de inflamación, las vitaminas y minerales, y la presencia de problemas digestivos (ej. estreñimiento). De acuerdo con el área de la cirugía o los síntomas postoperatorios se comienza consistencia líquidos claros y se progresa la consistencia según tolerancia del paciente.
Una recuperación postoperatoria exitosa se trata de incluir los nutrientes cruciales para favorecer los procesos fisiológicos de curación. Nos enfocaremos en seis componentes esenciales para este proceso:
- Proteína: Es particularmente importante ya que asiste en la reparación del tejido dañado, produce anticuerpos para combatir la infección y sintetiza colágeno para la cicatrización. Unas buenas fuentes de proteína pueden ser: huevo, pollo, pavo, soya, tofu, tempeh, nueces y legumbres. Los productos lácteos deben utilizarse con moderación dependiendo de la tolerancia del paciente y sus síntomas digestivos (ej. náusea, reflujo, estreñimiento).
- Arginina: Aminoácido condicionalmente esencial que mejora la cicatrización de heridas. La arginina aumenta el flujo sanguíneo y el suplido de oxígeno para la curación de las heridas ayudando al cuerpo a producir óxido nítrico. Este aminoácido se encuentra en carnes, trigo, leche, arroz, maíz, soya y en suplementos.
- Omega 3: Son ácidos grasos que actúan como un antiinflamatorio natural. Los tres Omega 3 principales son ácido alfa linolénico (ALA), eicosapentaenoico (EPA) y docosahexaenoico (DHA). Varios metanálisis sostienen que la administración de Omega 3 durante la fase perioperatoria reduce el período de tiempo de la estadía en el hospital y el riesgo de infección postoperatoria.. Este se puede obtener en el consumo de pescados tales como salmón y sardinas. Además, este ácido graso se puede adquirir en nueces (ej. walnuts), semillas de lino y chia, soya, y suplementos a base de aceite de pescado.
- Hidratación: El manejo de los fluidos es parte importante de la terapia postquirúrgica. La composición de fluidos corporales pueden cambiar en minutos o en horas provocando una interrupción en el proceso de curación de heridas y en la homeostasis. Cuando se administra una anestesia general al paciente, pueden surgir diferentes pérdidas de fluidos tales como en los sangrados, drenajes, orina y en pérdida de agua insensible. Muchos estudios sugieren que la hidratación temprana e inmediata luego de cirugía ayuda a una mejor recuperación postoperatoria, además, es seguro y bien tolerado por los pacientes. El agua va a ayudar a regular la temperatura corporal, ayudar al crecimiento celular, promover la eliminación de desperdicios, y ayudar al tránsito intestinal. Además, el agua va a transportar los nutrientes necesarios a través del cuerpo para favorecer eficazmente un proceso de recuperación exitosa. Los requerimientos de agua deben ser individualizados de acuerdo a las necesidades nutricionales de la persona y la presencia de edema.
- Vitamina C: Esta vitamina hidrosoluble participa en la síntesis de tejido para favorecer la cicatrización; esencial para la producción de colágeno; y participa en la reparación y mantenimiento del cartílago, huesos y dientes. Además, asiste en la absorción de hierro, la cual es importante si los niveles de hemoglobina fueron afectados por sangrado. Se ha observado que luego de suplementar con vitamina C (250-1,000 mg) el sangrado posquirúrgico disminuye. Aunque todas las frutas y vegetales contienen vitamina C, hay algunos que tienen en mayor cantidad. Las frutas con mayor contenido de vitamina C son: kiwi, acerola, guayaba, toronja, naranja, piña, frambuesas, arándanos y fresas. Los vegetales con mayor contenido de vitamina C son: pimientos (rojos, verdes, naranja), brócoli, coles de brúsela, y tomate.
- Zinc: Un mineral que participa en la síntesis de tejido para favorecer la cicatrización, y regula cada fase del proceso de curación de una herida. Además, participa en la división y en el crecimiento de las células, y es necesario para que el sistema inmune funcione apropiadamente. Los alimentos que mayor contenido de Zinc tienen son la carne de res, cerdo y cordero. La carne oscura de un pollo contiene más cantidad de Zinc que la carne blanca. También, este mineral se encuentra en alternativas a base de plantas tales como: nueces, legumbres, y granos enteros. La suplementación con Zinc debe ser indicada por un período corto de tiempo, y debe ser con la orientación de un profesional de la salud. Debido a que el exceso de suplementación de Zinc produce una reducción en la absorción de hierro.
El consumo de alimentos puede ser complicado luego de una cirugía ya que puede presentarse poco apetito y dolor. Esto ocurre en los días posteriores del proceso quirúrgico. Es importante consumir alimentos altamente nutritivos durante la recuperación, de no hacerlo podría retrasar el proceso de curación. Considera alimentos con alto contenido calórico tales como aguacate; papas; batido de frutas y vegetales; batidos con leche; o un polvo de proteína si es necesario. De ser necesario, incluir suplementos nutricionales para curación de heridas o proteínas líquidas para asistir con los requisitos proteicos del paciente en recuperación.
El nutricionista dietista es pieza fundamental en el proceso de curación para mejorar la calidad de vida del paciente a través de las recomendaciones nutricionales pertinentes. Es importante mantener buena comunicación con el equipo interdisciplinario para lograr una recuperación óptima.
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