Los tratamientos para la gota, una enfermedad que ha aumentado en un 50% en los últimos años, se realizan a través de fármacos. Sin embargo, la FDA alerta a los médicos sobre el uso de un medicamento determinado debido a que se han descubierto riesgos para los pacientes.
Los resultados de las encuestas fueron contundentes: aunque muchos pacientes comprendían que los medicamentos TIRF tienen una contraindicación absoluta. Es decir, no pueden ser utilizados por personas no tolerantes a los opioides
Se ha aprobado la puesta en marcha de la denominada prescripción enfermera, que permitirá a estos profesionales, indicar y autorizar la dispensación