A partir de evidencias previas, se ha orientado la planificación quirúrgica a la impresión 3D para así obtener un impacto significativo en el tratamiento de los pacientes.
Esta innovación utiliza imágenes diagnósticas con protocolo DICOM como la tomografía computarizada, resonancias magnéticas o ultrasonido de diferentes partes del cuerpo, para visualizarlas en realidad virtual o para imprimirlas en 3D.