Aunque cualquiera puede tener apendicitis, lo más frecuente es que ocurra en personas entre los 10 y 30 años de edad.
Estudios recientes sugieren que la extirpación del apéndice podría proporcionar cierta protección frente al párkinson. La clave podría estar en la proteína alfa-sinucleína, característica patológica de esa enfermedad y estrechamente relacionada con su inicio y progresión.
Investigaciones recientes señalan que el apéndice, esa denostada parte de nuestro aparato digestivo, tiene una función útil.
No es raro que mujeres jóvenes acudan a consulta con dolores similares al de ovarios acaben siendo operadas por apendicitis.