Las larvas de mosca tienen la capacidad de comer el tejido muerto y al mismo tiempo secretar sustancias curativas que disminuyen el uso de antibióticos.
Por: Carolina González Quiceno
En Brasil están aplicando la terapia larval que consiste en usar las larvas que se alimentan del tejido humano en descomposición para curar heridas que difícilmente cicatrizan. Las diminutas larvas fueron enviadas por correo desde un laboratorio en Campinas, en el interior de São Paulo, en Brasil, hacia hospitales en ciudades como Natal, Río de Janeiro, Petrópolis, Belo Horizonte y Porto Alegre
Eran larvas de dos especies de moscas creadas, alimentadas y esterilizadas por la bióloga Patricia Thyssen, de la Universidad Estadual de Campinas para curar heridas de difícil cicatrización.
Cuando las larvas se colocan sobre la piel de heridas infectadas (causadas, por ejemplo, por diabetes o úlceras venosas), se comen el tejido muerto y secretan sustancias curativas, lo reduce el uso de antibióticos o incluso los hace innecesarios.
Terapia larval: una técnica milenaria
La terapia con larvas comenzó a ser utilizada por algunos hospitales del Servicio de Salud Pública británico a partir de la década de 2000, al mismo tiempo que fue aprobada por la agencia reguladora de medicamentos de Estados Unidos, la FDA.
Las larvas británicas son cultivadas, esterilizadas y empaquetadas por la empresa galesa BioMonde, que suministra más de 5.000 bolsas biológicas al Servicio de Salud Pública anualmente.
Según el Servicio de Salud Pública británico, en algunos casos el tratamiento provoca un aumento del dolor local, irritación de la piel o sangrado, y en esos casos se deben sacar las larvas. "Las larvas producen anticoagulantes, por lo que no podemos usarlos en pacientes con alto riesgo de sangrado", dice la doctora Nigam.
Finalmente, es importante resaltar que un tratamiento de este tipo nunca debe realizarse fuera del ámbito médico, y las larvas deben ser esterilizadas en un laboratorio, advierte la brasileña Patricia Thyssen.
"Nunca se debe usar una larva salvaje, porque (alguien que no es experto) no tiene forma de saber si es una especie de larva inofensiva y segura, ni la cantidad de bacterias que esa larva puede traer", aclara.
Pero si los riesgos de la terapia son menores que los beneficios potenciales (prevención de amputaciones e infecciones generalizadas, por ejemplo), ¿por qué la terapia está tan restringida?
¿Estigmas en torno a la terapia con larvas para curar heridas?"Es un tratamiento infrautilizado", confirme Yamni Nigam. "Solo lo hemos usado en heridas muy difíciles, que de otro modo no se pueden tratar. Y es algo que tratamos de cambiar".
"¿Por qué dejamos la terapia con larvas solo como último recurso? ¿Por qué esperamos a que algunos pacientes sufran durante años, a veces probando diferentes tipos de vendajes y ungüentos, cuando sería suficiente usar las larvas durante cuatro días?", cuestiona.
El año pasado, Nigam y sus colegas realizaron una encuesta de opinión en Reino Unido, en la que solo el 36 % de los 412 encuestados dijeron que estarían de acuerdo con el uso de gusanos para tratar una hipotética herida dolorosa.
Otras dificultades enumeradas por Nigam son que, a diferencia de las medicinas y los ungüentos tradicionales, las larvas no se producen y almacenan con tanta facilidad, y a menudo encuentran resistencia entre los médicos y las enfermeras.
"Las bacterias son seres muy inteligentes. Quedan pocos antibióticos que funcionen contra ciertas enfermedades. Además, las bacterias se asientan en las heridas y forman una pared, lo que llamamos biopelícula bacteriana, algo que es muy resistente a los antibióticos y muy difícil de tratar", explica Nigam.
"Pero pudimos demostrar, en el laboratorio y en pacientes, que las larvas no solo logran romper este biofilm, sino que su líquido también evita que se forme".
A medida que avance este conocimiento, dice la experta, puede ser posible en el futuro utilizar el líquido secretado por las larvas para impermeabilizar prótesis humanas antes de la cirugía, por ejemplo, para prevenir infecciones.
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