Más muertes y menos nacimientos, más longevidad y menos juventud, son algunos de los retos
Por: Marga Parés Arroyo
Durante los últimos nueve años Puerto Rico ha experimentado un crecimiento natural negativo en su población, con la cantidad de muertes superando a los nacimientos. Esta brecha es cada vez más notable y los números más recientes así lo confirman, con 18,021 nacimientos vivos (Registro Demográfico) y 33,920 fallecimientos (Instituto de Estadísticas) registrados en el 2024.
Las consecuencias de esta situación son numerosas, especialmente con una población más longeva, particularmente entre las mujeres (85.5 años) que los varones (78.9 años). De hecho, las personas de 60 años o más representan el 32 por ciento de los habitantes de la isla, mientras el sector de los jóvenes de 18 años o menos va en descenso, con 15.8 por ciento de la población, según datos del International Data Base para el 2024.
Estos retos demográficos impactan directamente la planificación y prestación de los servicios de salud pública, así como la atención médica privada.
"El cambio demográfico más importante, aparte de salud, es el envejecimiento de la población. Eso va a poner más presión sobre los sistemas de salud porque es una población envejeciendo, con muchas condiciones crónicas y menos médicos especialistas", indicó el demógrafo Raúl Figueroa.
Cómo ejemplo, recordó que la baja en natalidad ha provocado el cierre de salas de parto de varios hospitales. Al cierre del año pasado quedaban 28 salas de parto abiertas en Puerto Rico.
"Van a hacer falta más geriatras que se enfoquen en la población mayor. Lo próximo será buscar servicios de salud fuera de Puerto Rico. Esa va a ser la próxima emigración", denunció Figueroa.
Los geriatras son médicos especialistas en la salud de adultos mayores.
La también demógrafa Judith Rodríguez recordó la emigración que ocurrió en las décadas de 1950 y 1960, cuando se estima unas 800,000 personas se fueron del país, principalmente motivadas por razones sociales, económicas y políticas de ese momento. Cambios demográficos en el siglo 21 abonaron a la situación, observó la experta en demografía.
"Se fue mucha gente joven y eso contribuyó a que el proceso de envejecimiento de la población, que llevaba un ritmo más lento, se acelerara. Empezamos a ver y tener como foco de atención el crecimiento de ese sector de edad avanzada en Puerto Rico, que no estábamos preparados (para atenderlo) porque no había los suficientes geriatras ni gerontólogos. Fue a finales del siglo pasado y principios de este que se comenzó a educar sobre geriatría y gerontología, a preparar una serie de profesionales (en estas especialidades)", indicó.
Los gerontólogos son profesionales que estudian el envejecimiento y trabajan para mejorar la calidad de vida de los adultos mayores.
Cambios en la composición familiar también inciden en la salud del país, sostuvo Rodríguez. Explicó que, además de un aumento de mujeres jefas de familia, muchas comenzaron a trabajar fuera del hogar.
"(Antes) la madre era la encargada de la nutrición de los miembros de la familia. Por lo general, esas comidas eran balanceadas. Pero eso va cambiando a través del tiempo y comenzamos a ver el fenómeno de jefas de familia con hijos solos y esto responde a los cambios en la sociedad. Una de las cosas que comienza a impactar es la obesidad y los problemas relacionados con la nutrición, porque todos esos "fast foods" comienzan a llegar a la isla", señaló la catedrática retirada de la Universidad de Puerto Rico.
Un estudio realizado por el Instituto de Estadísticas de Puerto Rico sobre el consumo en estos establecimientos encontró que siete de cada diez personas comen en "fast foods", lo que aumenta su prevalencia de sobrepeso y obesidad, así como de presión arterial elevada y colesterol alto, entre otras condiciones crónicas.
"Antes la gente no era obesa porque caminaba (mucho), pero con el impacto de todo esto a la salud comienza a haber gente con obesidad y empiezan los problemas cardíacos y de diabetes con más magnitud que antes. Igual el fenómeno del envejecimiento de la población", dijo.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades definen a las enfermedades crónicas como condiciones médicas que duran un año o más y requieren atención médica continua. Se estima que 50 por ciento de la población vive con una o más condiciones crónicas, según datos del Departamento de Salud.
Y con la Reforma de Salud establecida en 1993, sostuvo, se limitaron los servicios preventivos que se ofrecían bajo la estructura del sistema público del país al delegarlos al sistema privado.
Con un 60 por ciento de la población viviendo bajo el nivel de pobreza y un acelerado nivel de envejecimiento la situación se complica, reiteró.
"Todo eso impacta en la prestación o la manera en que se prestan los servicios de salud. Va a demandar unos especialistas para los viejos. También un cambio en el patrón de cambio de (tipos de) muertes, con un predominio de enfermedades crónicas, especialmente del corazón, cáncer y Alzheimer. Eso hace que sean las primeras causas de muerte, especialmente entre los viejos", dijo Rodríguez.
Además de la escasez de geriatras, otro desafío señalado fue que el grueso de la medicina se enfoca en el aspecto curativo, en lugar del preventivo.
"Todo esto ha sido acelerado y el campo de la salud no ha podido responder tan rápido, a pesar de que sabían que eso podía ocurrir con las proyecciones demográficas, cuando puedes ver las trayectorias de las causas de muerte y ya sabes lo que va a pasar", manifestó Rodríguez.
Por su parte, Figueroa advirtió que la población de adultos mayores es cada vez más educada pues responde a los "baby boomers", cohorte demográfico compuesto por personas nacidas entre 1946 y 1964.
"Son más educados que los abuelos de antes. Es un cambio generacional de personas mayores. Y van a ser más exigentes también, saben sus derechos, son más vocales", dijo Figueroa.
El experto en demografía y estudios poblacionales señaló que hay buenas iniciativas, como una llamada "Envejecimiento Saludable" que está a cargo del Departamento de Salud junto a otras agencias gubernamentales.
El Plan Decenal de Envejecimiento Saludable es una estrategia que anunció el año pasado el gobierno de Puerto Rico para, mediante política pública y de forma interagencial, atender y mejorar la calidad de vida de personas de 60 años o más.
"El problema es que a veces empiezan (buenas iniciativas) y luego no le dan seguimiento. Es importante que no la dejen morir", sostuvo.
Por otra parte, Figueroa advirtió que ha notado un aumento de puertorriqueños regresando, tras jubilarse, para pasar su retiro en la isla.
"Eso va a traer más presión al sistema de salud. Si no estamos preparados, puede ser una carga", dijo.
Agregó que ante este panorama, urge trabajar en la retención de médicos y otros profesionales de la salud.
"Siempre van a hacer falta médicos de todas las especialidades, porque no es que van a dejar de nacer niños. Hay que preparar profesionales del futuro. Y si no (son suficientes), buscar la forma de que vengan médicos de otros lados, especialmente de esas especialidades que hagan falta. Y tratarlos bien, que se les pague a tiempo (por ejemplo)", dijo.
Por otra parte, Figueroa destacó la importancia del uso de la tecnología para que la estructura administrativa sea más eficiente.
"Cada cual tiene que hacer su análisis de cómo están corriendo sus procesos, desde las citas (a pacientes). Por ejemplo, los hospitales y los médicos tienen que asegurarse que esa persona citada va a llegar. Y si no (puede ir a la cita), sustituir ese espacio con otro paciente. Es maximizar ese recurso y tiempo disponible", indicó.