El ardor provocado por este síndrome no causa cambios físicos en la lengua o la boca.
Por: Luisa Ochoa
La literatura médica refiere que el síndrome de la boca ardiente o de ardor bucal es el ardor crónico que se presenta en la boca sin una causa aparente. Esta sensación puede afectar la lengua, encías, labios, el interior de las mejillas, el paladar y las áreas extensas de toda la boca.
Por lo general el síndrome aparece de forma repentina, pero puede desarrollarse gradualmente con el tiempo y como su causa principal no se logra determinar con exactitud, el tratamiento puede ser tardío.
¿Qué siente una persona con síndrome de ardor bucal?
Los síntomas del síndrome de ardor bucal pueden incluir los siguientes: sensación de quemadura o ardor; boca seca con aumento de sed; cambios en el gusto en la boca como un gusto amargo o metálico; pérdida del sentido del gusto; hormigueo, ardor o entumecimiento en la boca.
Además, el malestar de ardor bucal, también tiene diferentes patrones y no en todas las personas ocurre de la misma forma.
Puede producirse todos los días, con poco malestar al levantarse, pero empeora a medida que transcurre el día.
Comenzar apenas la persona se despierta y puede durar todo el día.
Ser intermitente.
Fuentes médicas sostienen que cualquiera que sea el patrón de malestar de la boca, el síndrome de ardor bucal puede durar meses o años. En casos poco frecuentes, los síntomas pueden desaparecer repentinamente por sí solos o ser menos frecuentes.
Cabe aclarar que este síndrome no causa cambios físicos notables en la lengua o la boca.
Principales desencadenantes
La causa del síndrome de boca ardiente puede clasificarse en primaria o secundaria.
Síndrome de boca ardiente primario
Cuando no se pueden identificar anomalías clínicas o de laboratorio, la afección se denomina síndrome de ardor bucal idiopático o primario. Algunas investigaciones sugieren que el síndrome de ardor bucal se relaciona con problemas del gusto y los nervios sensoriales del sistema nervioso central o periférico.
Síndrome de boca ardiente secundario
Algunas veces, el síndrome de ardor bucal es causado por una afección médica subyacente como:
Sequedad de la boca (xerostomía), que puede ser causada por diferentes medicamentos, problemas de salud, problemas con la función de las glándulas salivales o los efectos secundarios de tratamientos contra el cáncer.
Otras afecciones bucales, como una infección fúngica de la boca (candidosis bucal), una afección inflamatoria denominada liquen plano oral o una afección denominada lengua geográfica que le da a la lengua la apariencia de un mapa.
Deficiencias nutricionales, como falta de hierro, zinc, folato (vitamina B-9), tiamina (vitamina B-1), riboflavina (vitamina B-2), piridoxina (vitamina B-6) y cobalamina (vitamina B-12).
Alergias o reacciones a alimentos, condimentos para comidas, otros aditivos para alimentos, fragancias, sustancias para trabajos odontológicos o tintes.
Reflujo de ácido estomacal (enfermedad por reflujo gastroesofágico o GERD) que ingresa en la boca desde el estómago.
Determinados medicamentos, especialmente medicaciones para la hipertensión arterial.
Hábitos orales, como interposición lingual, morder la punta de la lengua o rechinamiento de los dientes (bruxismo).
Trastornos endocrinos, como diabetes o glándula tiroidea hipoactiva (hipotiroidismo).
Irritación excesiva de la boca, que puede resultar de cepillar en exceso la lengua, usar pastas dentales abrasivas, usar en exceso enjuagues bucales o tomar demasiadas bebidas ácidas.
Factores psicológicos, como ansiedad, depresión o estrés.
¿Quiénes pueden padecer el síndrome de ardor bucal?
El síndrome de ardor bucal es poco frecuente. Sin embargo, el riesgo de padecerlo puede ser mayor si: es mujer, está en etapa perimenopáusica o posmenopáusica o es mayor de 50 años.
Generalmente, el síndrome de ardor bucal comienza de manera espontánea, sin factores desencadenantes conocidos. Sin embargo, algunos factores pueden aumentar el riesgo de desarrollar síndrome de ardor bucal, incluidos los siguientes:
Enfermedades recientes
Algunos trastornos médicos crónicos, como fibromialgia, enfermedad de Parkinson, trastornos autoinmunitarios y neuropatía
Procedimientos odontológicos previos
Reacciones alérgicas a alimentos
Medicamentos
Acontecimientos traumáticos de la vida
Estrés
ansiedad
Depresión
Es importante añadir que no existe una forma conocida de prevenir el síndrome de ardor bucal. Sin embargo, al evitar el tabaco, los alimentos ácidos, las comidas picantes, las bebidas carbonatadas y el estrés excesivo, es posible que se pueda reducir las molestias causadas por el síndrome de ardor bucal o evitar que el malestar empeore.
Diagnóstico y tratamiento del síndrome de boca ardiente
El Instituto nacional de Investigación Dental y Craneofacial indica que el síndrome de la boca ardiente es difícil de diagnosticar. No es algo que el médico o dentista pueda observar al examinar al paciente.
Los especialistas que diagnostican el síndrome de la boca ardiente incluyen a dentistas que se especializan en medicina o cirugía oral. Los otorrinolaringólogos (especialistas en los oídos, la nariz y la garganta), los gastroenterólogos, los dermatólogos o los neurólogos también podrían diagnosticar este trastorno.
Por otro lado, el tratamiento del síndrome de boca ardiente que funciona para una persona puede no funcionar para otra. El dentista o el médico puede recetar medicamentos para ayudar a controlar el dolor, la sequedad en la boca u otros síntomas.
Fuente consultada aquí.