Un estudio sugiere que pacientes con ambas condiciones tienen menos probabilidades de recibir tratamiento anticoagulante, lo que podría aumentar su riesgo de accidente cerebrovascular.
Por: María Camila Sánchez
Los pacientes diagnosticados con artritis reumatoide (AR) y fibrilación auricular (FA) presentan un riesgo significativamente mayor de sufrir un ictus isquémico en comparación con aquellos que solo padecen FA, según un estudio reciente publicado en la revista Reumatología.
Además, la investigación también revela que estos pacientes tienen menos probabilidades de recibir tratamiento anticoagulante oral, lo que podría estar contribuyendo a este incremento en el riesgo de ictus.
AR y FA: Una combinación peligrosaEl estudio, liderado por la Dra. Anne M. Kerola del Hospital Universitario de Helsinki, analizó los datos de 163,595 pacientes con FA recién diagnosticada entre 2010 y 2017. De estos, 2,750 también padecían AR.
Los resultados mostraron que, a los cinco años, la incidencia acumulada de ictus isquémico era del 7.3% en los pacientes con ambas condiciones, en comparación con un 5.0% en aquellos que solo tenían FA.
Además, se encontró que el riesgo de ictus era un 25% mayor en los pacientes con AR, por lo tanto se insta a considerar la presencia de esta enfermedad inflamatoria en la gestión del riesgo cardiovascular en personas con FA.
Acceso a tratamientos anticoagulantes
Una de las conclusiones del estudio que más llama la atención de la comunidad médica, es que los pacientes con AR eran menos propensos a recibir anticoagulantes orales para la prevención del ictus.
Las razones podrían incluir preocupaciones sobre posibles interacciones con medicamentos para la AR, el riesgo de hemorragias u otros factores. Esta menor tasa de tratamiento puede estar contribuyendo al aumento del riesgo de ictus en este grupo de pacientes.
Recomendaciones para la práctica clínica
Ante estos hallazgos, los investigadores sugieren una evaluación más rigurosa de los factores de riesgo cardiovascular en pacientes con AR y FA. Además, plantean la necesidad de considerar la presencia de AR al decidir el tratamiento con anticoagulantes orales en estos pacientes.
"Nuestro estudio recomienda medidas preventivas, como el control meticuloso de los factores de riesgo cardiovascular en pacientes con AR y FA," señalaron los autores.
Sin embargo, y aunque los hallazgos son significativos, el estudio tiene ciertas limitaciones. Por ejemplo, no se incluyeron datos sobre tabaquismo, presión arterial, consumo de alcohol y obesidad, factores que podrían haber influido en los resultados.
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