Los pacientes jóvenes, si no son tratados adecuadamente, pueden experimentar una calidad de vida reducida con el tiempo y hasta perder la movilidad.
Por: Jose Ibraim Alape
La espondilitis anquilosante, una enfermedad reumática crónica e inflamatoria, es un diagnóstico que merece una atención especial debido a sus implicaciones sistémicas, según lo enfatiza la Dra. Melissa Martínez, reumatóloga. "Esta afección a menudo es malentendida como un simple dolor de espalda pero no se limita a la columna vertebral, sino que puede desencadenar diversas complicaciones, como problemas cardíacos, uveítis, afectación renal e inflamación pulmonar".
Importancia de prestar atención a las banderas rojas
Es importante prestar atención a las banderas rojas porque pueden indicar complicaciones graves o signos de alerta que requieren atención médica inmediata. Las banderas rojas en pueden incluir:
Persona joven: La espondilitis anquilosante a menudo afecta a hombres jóvenes, y la aparición de dolor crónico en la espalda en una etapa temprana es un signo preocupante.
Dolor crónico: El dolor en la espalda que persiste y empeora con el tiempo debe ser evaluado con seriedad, ya que podría ser un indicativo de esta enfermedad.
Empeora en el descanso: El dolor que se agrava durante el descanso o la inmovilidad nocturna también puede ser un síntoma clave de la espondilitis anquilosante.
Historial familiar de enfermedad inflamatoria: Las personas con antecedentes familiares de enfermedades inflamatorias tienen un riesgo más alto de desarrollar esta afección.
Diagnóstico de la enfermedad
El diagnóstico de la espondilitis anquilosante implica un proceso que incluye el análisis del historial médico del paciente, un examen físico minucioso, criterios radiológicos específicos y pruebas de laboratorio. La Dra. Martínez destaca que esta enfermedad no solo afecta la espalda, sino que también puede comprometer otras articulaciones, lo que subraya la importancia de un diagnóstico preciso y oportuno.
Tratamiento
El tratamiento de la espondilitis anquilosante se basa en enfoques multidisciplinarios y puede incluir:
Ejercicio: Mantenerse activo es fundamental para prevenir la progresión de la enfermedad y aliviar los síntomas.
Educación al paciente: Comprender la enfermedad y su manejo es esencial para los pacientes.
Terapia física: La fisioterapia puede ser de gran ayuda para mantener la movilidad.
Farmacoterapia: Se utilizan antiinflamatorios no esteroides, sulfasalazina, metotrexato, entre otros, para controlar la inflamación y el dolor.
La experta resalta que la adherencia al tratamiento y la actividad física son cruciales. Los pacientes jóvenes, si no son tratados adecuadamente, pueden experimentar una calidad de vida reducida con el tiempo.
¿Qué se espera con el tratamiento?
Las metas del tratamiento son mejorar la funcionalidad, reducir los síntomas, prevenir la discapacidad y evitar complicaciones sistémicas.
La especialista concluye: "Mientras sigamos un tratamiento adecuado, no debería haber ningún problema para el paciente". La clave está en la atención temprana y el manejo efectivo de la espondilitis anquilosante.
Además, es fundamental que el tratamiento de la espondilitis anquilosante sea individualizado, ya que la enfermedad puede variar significativamente de un paciente a otro.
La atención médica multidisciplinaria y la colaboración entre el paciente y su equipo de atención son esenciales para lograr estas metas de tratamiento y brindar a los pacientes una vida más saludable y activa a pesar de que obtengan la enfermedad.