Según la ONU, a nivel mundial 246 millones de niños sufren de acoso o violencia escolar.
Por: Luisa Ochoa
El bullying o los episodios de violencia en las escuelas son un fenómeno común que se presenta en la mayoría de países, sin embargo, durante los últimos años, se han exacerbado diferentes hechos complejos, como los tiroteos ocurridos en escuelas de Estados Unidos, que han puesto sobre la mesa la importancia de la salud mental en la población infantil.
La Organización de Naciones Unidas estima que 246 millones de niños sufren de acoso y violencia escolar en el mundo y si ocurre violencia tanto física como psicológica, se generará un impacto significativo de corto, mediano y largo plazo en la vida de los niños, niñas y adolescentes involucrados.
Sobre el tema, la Revista Medicina y Salud Pública, dialogó con funcionarias de la Secretaría de Educación de Puerto Rico, para conocer las acciones de salud mental dispuestas para los niños y niñas y los protocolos establecidos en casos de bullying escolar.
Regina Cibes, directora del programa de psicología del Departamento de Educación, indicó que la obesidad es uno de los aspectos que más genera acoso escolar y la importancia de tratar esas situaciones de manera integral: “en el caso del Departamento de Educación tenemos un aspecto dirigido a tratar el acoso escolar, sabemos que el acoso escolar es multifactorial, así que todos en la comunidad tienen una responsabilidad, esto incluye a maestros, profesionales de salud mental y los padres”.
Asimismo, añadió que “todos tenemos que evitar el acoso escolar, no debe ocurrir, no obstante, lamentablemente 1 de cada 5 niños está experimentando acoso”.
Por su parte, Dina Romero, gerente de operaciones del Programa de Trabajo Social, explicó las principales señales de alerta que pueden evidenciar un niño si está viviendo episodios de violencia o acoso escolar. Las siguientes son:
Aislamiento
Retraerse
Irritabilidad
Pérdida de apetito
Insomnio
Para la UNICEF, es indispensable abordar esta compleja situación en su justa dimensión, sin minimizarla, ya que sin lugar a dudas una responsabilidad de toda la comunidad educativa, además de las administraciones públicas y escuelas.
¿Cuál es la ruta de atención para casos de bullying?
Romero afirmó que la mayoría de situaciones de acoso escolar o bullying las comunica el mismo estudiante cuando llega a la oficina del trabajador social o a través de un compañero. Sin embargo, recalca la importancia de que los padres estén atentos a sus hijos y mantengan una comunicación diaria, ya que algunos estudiantes, por temor a decir sus situaciones, evitan acudir con un profesional o adulto en la escuela.
“Una vez el estudiante está identificado, se entrevistan ambas partes, (la víctima y victimario), se entrevistan por separado, luego a ambos, se citan a los padres o encargados de cada uno y se establece el comité en la escuela, el que va a trabajar la situación disciplinaria del estudiante” complementó Romero.
Desde el Departamento de Educación, Annette Solías, gerente de operaciones del Programa de Consejería Escolar, explicó que están fomentando el desarrollo académico y el área socioemocional de los estudiantes, además de formarlos en trabajar e identificarse con sus pares para evitar el acoso escolar.
“Tenemos un protocolo a inicio de clase, trabajamos con una encuesta donde el estudiante expresa como se siente en su entorno, con sus compañeros o maestros y de ahí podemos obtener información de los estudiantes para trabajar las campañas educativas” expresó Solías.
Además de esa ruta de atención, Andrea Paola Irizarry, directora de la Oficina de Integración de Familia y Comunidad, mencionó que el Departamento de Educación cuenta con 53 centros de apoyo en las siete regiones del país. Allí se les ofrecen a los papás talleres de capacitación sobre el acoso escolar, el proceso de registrar a sus niños en educación especial, y les brindan herramientas de idiomas.
Finalmente, de acuerdo con la Academia Americana de Pediatría, la salud mental infantil después de la pandemia se ha visto trastocada por diferentes problemas como el estrés, la depresión, ansiedad, el miedo, la incertidumbre y los trastornos de aprendizaje.
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