Una infección de oído u "otitis media", suele llenar el oído medio de pus, el cual ejerce presión sobre el tímpano y genera dolor.
La operación de colocación de tubos de ventilación en el oído o miringotomía, suele realizarse en niños, ya que ellos son más propensos a tener infecciones del oído medio (otitis media).
Estas infecciones suelen ocurrir cuando los niños están resfriados o han contraído otro tipo de infección respiratoria. Las bacterias o virus pueden entrar en el oído medio y llenarlo de líquido y de pus, causando presión en el tímpano, dolor de oídos y afectando la audición.
Las infecciones de oído ocurren cuando los virus o las bacterias entran en el oído medio, el espacio que hay detrás del tímpano. Cuando un niño desarrolla una infección de oído (también llamada "otitis media"), el oído medio se le llena de pus (un líquido infectado). El pus ejerce presión sobre el tímpano, lo que puede ser muy doloroso.
¿Qué es la operación de colocación de tubos de ventilación en el oído?
Los tubos de ventilación son unos tubitos de metal o de plástico. Durante la operación, se hacen pequeños orificios en los tímpanos, por donde se insertan los tubos, permitiendo que el aire entre y salga del oído y equilibre la presión del aire entre el oído medio y el exterior, lo que ayuda a que salga el líquido que se acumula detrás del tímpano.
Los tubos de ventilación también se conocen como "tubos de timpanostomía" o "tubos de miringotomía".
Los tubos de ventilación no sirven para prevenir todas las infecciones de oído, pero pueden hacer que sean más leves y que ocurran con menos frecuencia. En algunos casos, puede ser necesario volver a colocar los tubos otra vez.
¿Cuándo es necesaria?
Esta operación está indicada principalmente cuando: hay un número importante de otitis agudas (más de 4 en 6 meses o 6 en 1 año), el depósito de moco permanece más de tres meses, aparecen alteraciones anatómicas en la membrana timpánica y cuando el paciente presenta una pérdida de audición de intensidad moderada.
Extracción de los tubos de ventilación
En la mayoría de los casos, no es necesario operar para extraer los tubos de ventilación. Los tubos suelen caerse, al ser empujados hacia el exterior cuando se cura el tímpano. Un tubo de ventilación suele seguir dentro del oído entre 6 y 18 meses, dependiendo del tipo de tubo que se haya usado.
Pero, si un tubo continuará estando insertado en el tímpano más de 2 a 3 años, el médico podría optar por extraerlo mediante una operación.
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