Aunque es común que aquellos tipos de cáncer agresivos sean difíciles de tratar algunas enfermedades pueden tener mayor receptividad respecto a tratamientos
Por: Eduardo Najar
El linfoma es una de las condiciones que puede ser agresiva cuando no se detecta y se trata a tiempo, la patología suele presentarse en dos cuadros clínicos: la agresiva y la indolente o no agresiva, sin embargo, las características que presentan las mismas suelen ser algo adversas, pues el tratamiento en el linfoma que suele ser más crónico es mucho más eficaz y receptivo que el tipo pasivo y es en este punto donde especialistas deben poner el mayor de su atención, pues aunque el indolente tenga un crecimiento lento es importante atacarlo precozmente.
En entrevista con la revista Medicina y Salud Pública (MSP) el Dr. Fernando Cabanillas, Científico y Director del Centro de Cáncer del Hospital Auxilio Mutuo, profundiza en el linfoma, un tipo de cáncer linfático y los diversos factores que se pueden tener alrededor de esta enfermedad.
“Los linfomas agresivos se pueden curar con mayor frecuencia que los indolentes, esto es algo paradójico pero pues es la realidad, ya que estos suelen responder de mejor manera a quimioterapias, (...) los tipos de linfomas se caracterizan porque se desarrollan de los linfocitos B y es en el momento de maduración donde se puede desarrollar el cáncer. (...) En el caso de los indolentes suelen estar más diseminados por los ganglios linfáticos, estos se riegan con mayor facilidad por el cuerpo, sostuvo Cabanillas.
Por otro lado aclaró: “El linfoma se deriva de los linfocitos que son unas células presentes en el organismo, básicamente en todo el cuerpo incluyendo la sangre, estos organismo nos ayudan a combatir infecciones. (...) En algunos casos sucede una mutación y se convierten en células malignas y es aquí donde se pueden desarrollar linfomas, a su vez se dividen en dos los Hodgkin y no Hodgkin, además suele ser indolentes o agresivos”.
Factores de riesgo
Una de las causas principales como argumenta el especialista para que se manifieste el linfoma es que en un núcleo familiar hayan algunos casos de la patología, la genética sule ser fundamental sobre todo en los casos de cáncer, donde es común que a nivel cromosómico el hereditario adquiera la enfermedad desde su progenitor, además existen otras exposiciones que también pueden aumentar probabilidades de cáncer.
“Es un tema bastante complicado la genética puede influir, hay familias donde pueden tener linfomas que recurren miembros de la familia, (...) los pesticidas y herbicidas pueden generar también la enfermedad por ejemplo en Estados Unidos donde existen grandes zonas agricultoras, es importante que la persona que trabaja en las tierras y manipula estos productos y no usa protección está validado que padece de linfoma”, dijo el doctor.
Cabanillas resalta la importancia de una detección temprana de la enfermedad ya que de esto depende la recuperación y pronóstico del paciente, lo que quiere decir que la receptividad en tratamientos debe darse en los primeros estadios del linfoma.
“Uno de los factores más importantes es la detección pues si la misma se realiza de manera tardía la situación es más seria y el pronóstico de la misma enfermedad, (...) además es importante resaltar que hay tumores que varían, lo que puede ser de gran influencia en la respuesta del tratamiento, pues hay algunas mutaciones que los hace más resistentes a quimioterapia”, afirmó el oncólogo.
Recuperación
Aunque el linfoma puede variar en sus presentaciones el cuadro clínico que padece el paciente puede tener un tratamiento efectivo y aumentar las probabilidades de supervivencia, por otro lado, aquel linfoma que es indolente como resalta el doctor es importante no descartar un tratamiento inicial pues este se caracteriza por diseminarse con facilidad.
“Los linfomas agresivos se pueden curar en un 75% de los casos, los indolentes se pueden curar en proporción de un 50 a 60%; estos últimos se consideran incurables, y es que se debe a que muchas personas en lugar de tratarlos al principio lo que hacen es una labor de observación sin tratamiento y la realidad es que a los tres años de observación la enfermedad ya puede avanzar, es importante tratarlos de entrada y curarlos de inmediato”, afirmó. Asimismo, el especialista resaltó que los avances en la rama han permitido aumentar los índices de supervivencia: “La expectativa de vida también ha aumentado de 7 a 15 años. La calidad de vida de los linfomas agresivos de células b tienen un mejor pronóstico pues se pueden tratar con seis ciclos de tratamiento y el compromiso de calidad de vida se da en tiempo menor, (...) los indolentes también pueden tratarse por seis meses o más con quimioterapia y más adelante viene la terapia de mantenimiento donde se usa un tipo de inmunoterapia con el fin de eliminar las células malignas (...), en la mayoría de casos este último tratamiento lo recibe muy bien el paciente”.
Prevalencia
Aunque el linfoma no es uno de los tipos de cáncer más comunes si tiene una mayor prevalencia en algunas zonas y suele ser el quinto o sexto diagnosticado tanto en hombre como en mujeres.
“Este es el sexto tumor más común, la supervivencia es mayor que otros, pues en la mujer el carcinoma de mama es el que más se presente y en el hombre el de próstata, después de esto vienen otros tumores como el de colon y el de páncreas que es el más letal, ahora el no Hodgkin viene detrás de estos”, concluyó.