¿Cuál es el destino de las células cancerosas después de "morir" por el tratamiento? Lo que debes saber

Los tratamientos contra el cáncer tienen como objetivo eliminar las células tumorales y frenar su proliferación, pero, ¿Existe riesgo de que en lugar de eliminar, estimulen el cáncer?

Por: Jhoser Bermúdez Guerrero


Los tratamientos oncológicos, que incluyen la quimioterapia y otros métodos, persiguen implacablemente un objetivo: exterminar las células tumorales del cuerpo. Sin embargo, el proceso que sigue a la destrucción de estas células malignas ha sido un misterio durante mucho tiempo y quizás ahora se pueda resolver.

¿Qué sucede con las células cancerosas después de que los tratamientos las destruyen?

La respuesta a esta pregunta arroja luz sobre la complejidad de la lucha contra el cáncer y ofrece una nueva perspectiva sobre cómo podemos combatir esta enfermedad.

Cuando los tratamientos contra el cáncer, como la quimioterapia, entran en acción, su objetivo es eliminar las células tumorales y frenar su proliferación, para luego darle paso al sistema inmunológico en la fase posterior a la destrucción. Estos tratamientos buscan inducir la apoptosis, un proceso de muerte celular programada.

Según explica LiveScience: "una vez que se "activan" los interruptores moleculares que desencadenan la apoptosis, la célula moribunda se encoge y fragmentos de su membrana se rompen en "ampollas". Esto hace que los componentes internos de las células se filtren y atraigan a los fagocitos, o células inmunes responsables de ingerir los desechos celulares".

Una labor de los fagocitos

Los fagocitos convocados tienen un trabajo importante: ingerir las células cancerosas muertas y luego descomponerlas en componentes más pequeños, como azúcares y ácidos nucleicos, que son moléculas en forma de cadena que se encuentran en el ADN.

"A través de este proceso, las células cancerosas muertas se reciclan en componentes que otras células pueden reutilizar", menciona la revista especializada.

Sin embargo, se detalla que en algunos casos los tratamientos oncológicos a veces pueden desencadenar otros tipos de muerte celular, como la necroptosis, en la que las células se hinchan y explotan en lugar de encogerse. A pesar de esta diferencia, los fagocitos también son eficaces para consumir estas células moribundas.

Células moribundas, un riesgo para la proliferación del cáncer

En este punto es donde la historia da un giro interesante. Aunque la mayoría de las células cancerosas mueren en silencio y son eliminadas de manera efectiva por el sistema inmunológico, algunos estudios sugieren que estas, en su proceso de morir, liberan desechos que provocan inflamación, estimulando el crecimiento de las células cancerosas que han sobrevivido.

"Este fenómeno, conocido como efecto Révész, puede ayudar a explicar cómo algunos cánceres reaparecen después del tratamiento. Se observó por primera vez en la década de 1950 en ratones con tumores. Luego, un estudio de 2018 en ratones y células en placas de laboratorio encontró que la radiación y la quimioterapia pueden desencadenar la liberación de citoquinas proinflamatorias, moléculas liberadas por las células inmunes que aumentan la inflamación que a veces puede favorecer el crecimiento tumoral", detalla.

Macrófagos: un enemigo accidental

Según apuntó el Dr. Dipak Panigrahy, coautor del estudio (La expulsión nuclear inducida por apoptosis en células tumorales impulsa el crecimiento metastásico mediado por S100a4 a través de la vía RAGE) y profesor asistente de patología en el Centro Médico Beth Israel Deaconess en Boston, los macrófagos, un tipo de fagocito, podrían liberar moléculas que pueden acelerar la metástasis, entre otros efectos.

Por lo tanto, el estudio concluyó que: "los núcleos de las células cancerosas moribundas a veces pueden hincharse y explotar, liberando ADN y otras moléculas en su entorno. En ratones, estas moléculas derramadas pueden acelerar la metástasis, la propagación de las células cancerosas más allá de su tumor original".

Estudios por desarrollar y preguntas por despejar acerca del cáncer

Si bien, la revista indica que estos estudios son reveladores y arrojan luz sobre el papel de la muerte de las células tumorales en la progresión y la recurrencia del cáncer, aclara que la investigación aún se encuentra en sus primeras etapas.

"Los científicos aún no comprenden todas las implicaciones de la señalización de las células cancerosas moribundas en el cáncer humano. Con más investigación, los investigadores pretenden comprender mejor los mecanismos biológicos subyacentes al cáncer y así desarrollar tratamientos más eficaces", aclara.

Una esperanza para reducir la inflamación

Un estudio 2018, destacó una posible forma de contrarrestar el crecimiento tumoral impulsado por los restos de las células cancerosas muertas. Se trata de las resolvinas, moléculas derivadas del omega 3 las cuales pueden ayudar a reducir la inflamación y los efectos de las citoquinas mientras estimulan la eliminación de los restos celulares.

Ante esto el Dr Dipak insistió en que: "el problema en el cáncer es que no existen terapias que estimulen la resolución de la inflamación, reduzcan las citoquinas y eliminen los desechos", por lo que las resolvinas podrían ser una forma de abordar esos problemas, sugiere su estudio.

Fuente consultada aquí.





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