Muchos de los alimentos tienen un impacto en el proceso inflamatorio de los pacientes, por lo cual es fundamental conocer el contenido de estos en los alimentos que consumimos con mayor frecuencia.
Por: María Camila Sánchez
Poder entender y leer la etiqueta nutricional de manera adecuada, puede ayudarnos a optar por alternativas más saludables y acorde a nuestra salud y nuestro estilo de vida. Esta información está regulada por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés).
Desde el año 2014, estas etiquetas fueron modificadas y reguladas, de manera que para el 2015, fueron aplicadas y adaptadas a una realidad más aterrizada del consumidor.
En un espacio dedicado para los pacientes con enfermedades reumáticas de la Revista de Artritis y Reumatología, asociada a la Revista de Medicina y Salud Pública, la Licenciada Wanda, nutricionista, dietista y fisióloga del ejercicio, aseguró que, de hecho, “la etiqueta nutricional es una herramienta importante a la hora de seleccionar los alimentos”.
Lo cierto es que, en algunos casos, el proceso de merchandising de algunos productos alimentarios pueden influir en las decisiones que tomamos a la hora de seleccionar estos artículos. “Muchas veces nos dejamos llevar por marcas, colores o palabras como ‘dieta’, ‘bajo en azúcar’, sin que esto quiera decir que ese alimento nos aporte todos los nutrientes necesarios para el organismo”, mencionó.
Asimismo, otro factor de peso en esas decisiones, justamente es la cantidad de calorías, azúcares, grasas con base en el diagnóstico médico que tengamos o el plan de alimentación que sigamos, cuando lo cierto es que dentro de esos puntos a evaluar, debemos tener en cuenta también el tamaño por porción, las porciones por envase, el total de calorías, entre otros.
Información nutricional: Datos relevantes para la dieta
Serving Size (Tamaño por porción): Las porciones por envase le indican cuántas porciones hay en total en el envase o paquete completo.
Serving per container (Tamaño por envase): Se refiere a la cantidad total de porciones en todo el recipiente o paquete de alimento. Algunos envases también pueden tener una etiqueta con dos columnas: en la que se incluye la cantidad de calorías y nutrientes de una porción, y la información de todo el paquete.
Total de calorías: Como bien indica su nombre, a través de esta información conocemos la totalidad de calorías contenidas en ese producto. “Esto depende mucho del tipo de alimento que vayamos a consumir, es decir, si es merienda o es una comida completa. De igual manera, debemos tener en cuenta que el consumo adecuado de calorías, nos va a ayudar a mantener o controlar un peso saludable; todo depende de cada paciente”, aclaró la experta.
Si bien es cierto, el aumento excesivo de peso puede contribuir al desarrollo de procesos inflamatorios y al aumento de los dolores articulares en pacientes con afecciones reumatológicas, por lo que, a la hora de seleccionar los alimentos en los supermercados, debemos tener en cuenta esta información.
Distribución de nutrientes: Hace referencia al total de grasas, grasas saturadas, grasas trans, colesterol y sodio. “Debemos limitar el consumo de estos componentes, ya que un consumo excesivo de estos pueden predisponer a los pacientes a padecer enfermedades cardiovasculares, aumentan los niveles de colesterol, propenden a la retención de líquidos o pueden alterar la presión arterial”.
Para que un alimento sea calificado como “bajo en grasa”, es necesario que su valor sea inferior a los 3 gramos (g); para que sea bajo en grasas saturadas, su valor debe estar por debajo de 1 g, y no debe contener grasas trans. La cantidad apropiada de colesterol debe ser menor a 20 miligramos (mg), y el sodio debe ser menor a los 140 mg.
“Es normal que algunos productos mencionen que ‘son reducidos en sodio’, lo que quiere decir es que a la cantidad total que tenía el alimento, se le disminuyó un 25%, es decir, que si un alimento tenía 500 mg de sodio, se le redujo el 25% (equivalente a 125 g), pero aun así, el producto sigue siendo alto en sodio”, explicó la licenciada.
La especialista indicó que con la fibra sucede algo similar: “Para que un alimento sea considerado como alto en fibra, debe aportar 3 g o más de este componente”. Algo que sí debemos tener en cuenta, es que no todos los alimentos que contienen semillas, aportan una cantidad óptima de fibra.
“Si usted tiene algún diagnóstico a nivel gastrointestinal en cual su indicación sugiere una alimentación baja en fibra, vamos a tratar de que no se excedan esos 3 g”, enfatizó la especialista.
A medida que nosotros aumentamos el consumo de fibra, debemos aumentar la cantidad de agua que bebemos diariamente para evitar cualquier grado de estreñimiento.
Total de azúcares y azúcares añadidas: Es común ver que el gramaje o porcentaje de azúcares añadidas sea menor al total de los azúcares de un producto, y en muchas ocasiones esto puede generar confusión. Sin embargo, la licenciada comenta que, “según la FDA, se debe consumir menos del 10% del total de las calorías del día, en azúcares añadidas”.
Generalmente, este tipo de componentes hace referencia a los endulzantes regulares y siropes de acompañamiento para los alimentos: “Si el total de azúcar de un alimento es mayor al 20%, es alto; si, por el contrario, es igual o menor al 5%, quiere decir que es bajo. Y es justamente ese tipo de alimentos los que debemos preferir”.
Esto tiene su razón debido a que el exceso de azúcar puede favorecer al desarrollo de inflamación y dolor articular, al descontrol de los niveles de azúcar en sangre, al aumento de peso y otras repercusiones negativas en la salud de los pacientes.
Aporte de calcio: El calcio es un mineral importante para la salud ósea; ayuda a la función muscular y a la función nerviosa, así como a la coagulación de la sangre, al tiempo que reduce la probabilidad de desarrollar osteoporosis. “De manera preventiva, pudiéramos optar por alimentos fortificados en calcio”.
Aporte de Vitamina D: Esta vitamina favorece la absorción de calcio y también favorece la salud ósea. Regula la presión arterial, es importante para la producción de hormonas y contribuye a la función del sistema inmune y del sistema nervioso, por lo cual es fundamental en la alimentación.
Aporte de potasio: Este mineral es importante para la función cardiovascular, así como en la contracción muscular y en el sistema nervioso. Sin embargo, hay algunas condiciones de salud, como es la enfermedad crónica renal, que puede exigir algún tipo de regulación en su consumo. “La etiqueta nutricional nos permite identificar la cantidad que aporta este alimento al organismo para, de esa manera, hacer una selección más adecuada”.
La lista de ingredientes: Generalmente, los ingredientes se organizan de mayor a menor, es decir, en orden descendente. “Los tres primeros ingredientes que se encuentran en este listado, son los que más predominan en ese alimento”, concluyó la experta.