Los neurocirujanos de la isla continúan una práctica quirúrgica de avanzada que ha logrado despejar de alguna forma lo chocante que pudiera significar para un paciente una cirugía de columna vertebral.
Desde que se fundó el Instituto de Neurociencias del Manatí Medical Center (MMC) de manos del doctor Jorge Lastra Power en conjunto con el doctor Marcos Mercado, los pacientes puertorriqueños tuvieron una opción adicional más allá de la única que disponían desde las salas del Centro Médico de Río Piedras.
Fue para el 2005 que el doctor Lastra, graduado de la Escuela de Medicina del Recinto de Ciencias Médicas (RCM), se dio a la tarea de fundar el primer instituto que atendendería a pacientes con condiciones de discos herniados, enfermedades neurodegenerativas, tumores y hematomas del cerebro, entre otras condiciones.
La primera intervención la realizó el mismo año, cuando lograron adquirir todo el equipo necesario para la nueva sala neuroquirúrgica de la institución hospitalaria ubicada en la zona norte del País, pero que recibe pacientes de toda la isla.
“Lo fundamos en el 2008, aunque comenzamos práctica en el 2005. El servicio de neurocirugía antes de esos años solo se ofrecía en Centro Médico de Río Piedras. Fuimos los primeros en todo Puerto Rico en integral este instituto (neuroquirúrgico) con distintas especialidades que las ciencias de la neurología”, explicó el director del centro neuroquirúrgico a la Revista de Medicina y Salud Pública (MSP).
“En el 2005 nunca se había operado un caso de neurocirugía en el Manatí Medical Center. No había ningún equipo para operar ni neurocirujanos. Empezamos a adquirir el equipo y entrenar a las enfermeras para que se especializaran en nuestros pacientes. Integramos a neurólogos, psicólogos, fisiatras, psiquiatras y técnicos de todas las especialidades”, detalló a MSP.
Además, los médicos de medicina interna y de familia fungen como un apoyo adicional al equipo médico.
De paso, el frente médico se ha hecho medular en condiciones que atentan contra la estabilidad del cordón espinal, órgano comparado con el cerebro, pues la vida y las funciones corporales del paciente podrían estar en juego si este se ve afectado por la edad o alguna condición degenerativa como el Alzheimer.
“Está el cerebro como el órgano más importante del cuerpo, luego el cordón espinal y los nervios. La columna vertebral es una estructura que protege lo delicado que es el cordón espinal y los nervios. La mayoría de nuestros pacientes no conllevan operación, pero si hay que buscar la manera de que ellos mejoren. Hay condiciones donde las lesiones no pueden revertir, como los accidentes de carro. Lo que hace es estabilizar la columna y darle terapias”, abundó.
Aseguró que hoy día continúan educando a los pacientes en medio de la estigma que pudiera existir sobre los resultados o beneficios de la cirugía de columna cuando estos las requieren.
“Aquí lo importante es que nunca nosotros nos imponemos al paciente. Nosotros le compartimos nuestra opinión clínica junto con el diagnóstico le ofrecemos las alternativas no quirúrgica y si demanda la quirúrgica, le explicamos porque la misma se considera y qué tipo de operación sería con sus riesgos y beneficios”, formuló.
Indicó que gracias a la tecnología los alrededor de 20 subespecialistas neuroquirúrgicos de la isla han ejercido una medicina de avanzada con intervenciones menos invasivas y de mayor beneficio y aporte a la recuperación del paciente.
A partir del 2015 se integró al equipo el doctor David Lozada, neurocirujano especializado en Párkinson, que ejerce su práctica a la vez junto al neurólogo Ángel Viñuela.
Finalmente, manifestó que le preocupa el sedentarismo entre la población joven, que, atada a la tecnología, pasan muchas horas sentados y esto provoca cambios en la columna vertebral.
El Instituto de Neurociencias del MMC tiene disponible 23 camas para pacientes.