Los tratamientos mediante diálisis implican técnicas altamente invasivas y demandantes que introducen cambios sustanciales en el estilo de vida del paciente con enfermedades crónicas.
Por: Yizeth Arellano
La inestabilidad producida por la poca información del paciente ante un diagnóstico de insuficiencia renal, la incertidumbre producida por un cambio de vida en el que la diálisis es prioridad, sumado a la pérdida de autonomía y los cambios en las políticas de salud, trastocan la vida de los pacientes renales puertorriqueños.
Por esta razón, el Consejo Renal de Puerto Rico, lideró este sábado el Simposio Retos y Oportunidades de la Detección Temprana de Enfermedades Renales en Puerto Rico. Un espacio de diálogo y exposición sobre el panorama actual en la isla, en relación con la vida del paciente, los retos, espacios de oportunidad y los servicios de salud.
Los temas del simposio fueron estructurados de la siguiente manera: se realizó una plenaria para conocer las Perspectivas y Desafíos de la Salud Pública en Puerto Rico con la Dra. Marianvolv Ortiz, directora ejecutiva, Puerto Rico Public Health Trust. Seguidamente, se presentaron las Tendencias de la enfermedad renal en niños y adolescentes con la Dra. Marta Suárez, Nefrología Pediátrica, directora del Centro Renal Pediátrico. Se rescató la importancia de la Identificación temprana, tendencias y tratamiento de la enfermedad renal en adultos junto al Dr. William Vega, Nefrólogo y se realizó una Conferencia sobre los Aspectos Psicosociales del Diagnóstico de Enfermedad Renal impartida por la Dra. Magda Rodríguez, Psicóloga.
El país no escapa de las estadísticas que influyen en el mundo durante el 2022, en el que 41 millones de personas padecen enfermedades crónicas. Por esta razón es cada vez más relevante dialogar sobre la salud y su posibilidad de cambio relacionado con el estilo de vida en la isla.
Entre los temas de mayor preocupación para los especialistas sobresale la continuidad del tratamiento, el estigma de los pacientes con enfermedades renales y las condiciones que rodean la posibilidad de recibir y mantener los tratamientos de diálisis.
Al igual que las estadísticas de niños con diabetes tipo 2 en Puerto Rico, los especialistas indicaron que hay un aumento en las estadísticas de jóvenes puertorriqueños con insuficiencia renal y que no se puede perder de vista.
Los aspectos socioculturales juegan un rol apremiante no solo en la prevención sino durante el tratamiento. La Dra. Magda Rodríguez, psicóloga, indicó que la dieta puertorriqueña no es la más oportuna para cuidar la salud. Y que es momento de concientizar sobre la importancia de los estilos de vida, el valor del compromiso y la aceptación y la salud mental en el proceso del tratamiento.
Los pacientes renales evitan asistir a reuniones sociales, familiares o del trabajo por la incomodidad de enfrentar el desconocimiento, los comentarios desacertados sobre su salud y la creencia de que la comida no tiene incidencia en su estado. "Tener que lidiar con el desconocimiento de las personas que le rodean es un gran reto", explicó Rodríguez.
La incertidumbre es un componente importante en la vida de los pacientes. La Dra. Rodríguez indicó que a menudo escucha en sus intervenciones la frase "No entiendo lo que el médico me dice" y desde su experiencia esta consideración refleja uno de los grandes temas a tratar: la comunicación médico paciente.
La doctora Rodríguez explicó que los pacientes que tienen condiciones de enfermedades crónicas son más propensos a padecer depresión y ansiedad, con alta incidencia en pacientes renales. Y, a pesar de que los síntomas depresivos tienen una elevada prevalencia en los pacientes renales, muy pocas veces es reconocido por el paciente.
En este sentido, la doctora Rodríguez explicó que las entrevistas clínicas estructuradas son importantes porque la sintomatología asociada a la depresión puede ser una sintomatología física y no de depresión. Es decir que, hay síntomas provenientes de la insuficiencia renal que pueden confundirse con la depresión. La diferencia son los pensamientos y las emociones que solo salen a la luz en una entrevista estructurada.
Desde el área de la psicología, el modelo de aceptación y compromiso es fundamental. El proceso de negación es un reto a superar y el factor de percepción de la condición incide directamente en su proceso de ajuste. Con la negación es posible reprimir emociones que pueden afectar la salud y continuidad del paciente, explicó la doctora Rodríguez.
Durante la conferencia, los exponentes indicaron que un panorama ideal para abordar de manera efectiva la atención a los pacientes con enfermedades renales comprende la evaluación integral comprensiva de ese paciente, conocer todas las áreas que impactan en ese individuo, realizar intervenciones educativas, porque hay muchos pacientes que no saben de su condición, compartir Información específica y tomar en consideración el nivel educativo del paciente. Además de priorizar la prevención y unas políticas públicas que permitan visibilizar la realidad que viven los pacientes entre sus planes, proveedores de servicios y costos. Sumado a la posibilidad de intervención de un psicólogo como parte del equipo interdisciplinario que asiste al paciente.
Los especialistas que intervinieron a favor de los pacientes con condiciones renales, rescataron la labor de las trabajadoras sociales que pueden evaluar y conocer todos los componentes que se relacionan a la vida del paciente y que les permitiría hacer los referidos adecuados luego de conocer sus necesidades.
Todos los días se suman nuevos esfuerzos por educar y concienciar a la población puertorriqueña sobre los servicios de salud disponibles en la isla, los tratamientos, la innovación y las realidades que se relacionan a enfermedades cada vez más comunes. No obstante, queda mucho camino por recorrer.
La licenciada Edna Díaz, procuradora del paciente, indicó durante el panel realizado en el simposio que están a la espera de personas, entidades y empresas que quieran apoyar el Proyecto ECOS, Equipo de Chicos Observando su Salud, inspirado en la Carta de Derechos, que fue adaptada para niños entre 5 y 12 años con el fin de educar sobre los derechos y deberes de los pacientes en Puerto Rico desde Temprana edad. Sin embargo, llevan 5 años tratando que se implante este programa en los colegios y hasta el momento solo se ha logrado realizar el plan piloto que incluyó a catorce maestras y cerca de 250 estudiantes.
Brendalis Pacheco, directora ejecutiva del Consejo Renal de Puerto Rico, indicó que la organización que dirige continuará con persistencia y perseverancia los esfuerzos para concienciar sobre la realidad de los pacientes con insuficiencia renal en Puerto Rico.