Se trata de una enfermedad autoinmune que aún continua rodeada de interrogantes.
Por: Yolimarian Torres
Los expertos han tipificado al lupus como una de las enfermedades autoinmunes más prevalentes en todo el mundo; sin embargo, dicha afección no ha podido ser comprendida del todo por la ciencia y continúa teniendo muchas interrogantes.
Esto, según los estudios realizados a la fecha, por las múltiples y variadas manifestaciones que la enfermedad es capaz de adoptar, y que van desde cuadros leves y moderados hasta, o complicaciones serias con compromiso de órganos vitales; todo esto de acuerdo también a otras comorbilidades
¿Qué es el lupus y cuáles son sus causas?
La literatura científica indica que el lupus es una enfermedad autoinmune, lo que significa que su causa no está en un patógeno externo (como las enfermedades infecciosas) sino que es el propio sistema inmunitario de la persona afectada el que provoca la enfermedad, ya que comienza a atacar y destruir a los mismos tejidos sanos que en principio debería defender.
Como tal, su alcance es variado, pero puede llegar a comprometer muchas partes diferentes del cuerpo como articulaciones, piel, riñones, corazón, pulmones o, incluso, sistema circulatorio o cerebro.
Se pueden distinguir varios tipos de lupus en función de los tejidos afectados y del cuadro que presenta el paciente, como el eritematoso sistémico, el discoide, el cutáneo subagudo, el inducido por medicamentos o el neonatal.
Las causas últimas del lupus son todavía desconocidas. La explicación más aceptada es que viene desencadenada por varios factores (genéticos, hormonales y ambientales).
¿Cuáles son sus síntomas?
Los síntomas del lupus pueden variar enormemente ente distintos casos, lo que puede dificultar el diagnóstico.
Algunos signos comunes pueden ser dolor o inflamación articular, dolor muscular, fiebre sin causa aparente, aparición de unas características erupciones en la piel del rostro en forma de alas de mariposa, dolor en el pecho al tomar inspiraciones profundas, pérdida de cabello, palidez en los dedos, sensibilidad al sol, hinchazón alrededor de los ojos, úlceras en la boca, inflamación glandular y cansancio importante y persistente.
Una característica común de los cuadros de lupus es la presentación en forma de 'brotes' en los que los síntomas se intensifican, seguidos de períodos en los que remiten o incluso desaparecen completamente.
No existe ninguna prueba específica para el lupus, por lo que las herramientas de las que dispone el médico para diagnosticarlo son la historia clínica del paciente, la realización de exámenes completos, análisis de sangre, biopsias de piel y biopsias de riñón.
¿Cómo se trata?
El lupus no tiene cura conocida, por lo que el tratamiento se enfocará en atajar los síntomas a fin de mejorar en lo posible la calidad de vida del paciente. Esto se puede lograr tanto a través de fármacos como mediante cambios en los hábitos y el estilo de vida.
Por ejemplo, los pacientes suelen requerir atención primaria y en reumatología, para aliviar las complicaciones en los músculos y articulaciones. Según los tejidos afectados, puede ser necesaria la atención cardiológica, dermatológica, neurológica o de otro tipo.
En cualquier caso, de lo que se trata es de evitar la aparición de brotes (o de disminuir la intensidad de los mismos cuando se presenten), tratar de minimizar los síntomas y evitar los daños importantes a los distintos órganos.