La Tierra es un sistema donde todo está conectado y los cambios de una zona pueden influir en los cambios de todas las demás.
Por: Yolimarian Torres
La Organización de las Naciones Unidas, indica que la temperatura de la Tierra es ahora 1,1 °C más elevada que a finales del siglo XIX, mientras que la década, entre 2011-2020, fue la más cálida registrada hasta la fecha.
Este hecho ha provocado la alteración de los patrones de distribución y comportamiento de muchas especies, y es importante mencionar que según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), "las zoonosis vectoriales provocan cada año la muerte de más de 700.000 personas en todo el mundo y suponen cerca del 20% de todas las enfermedades infecciosas".
La desaparición de la estacionalidad y el aumento de la temperatura media en las ciudades favorece la proliferación de especies capaces de portar enfermedades como el zika, el virus del Nilo Occidental, la enfermedad de Lyme o la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, todas ellas consideradas por la OMS como algunas de las enfermedades que suponen un mayor riesgo para la salud pública.
Así lo indicó el presidente del Colegio de Veterinarios de Toledo y del Consejo de Colegios veterinarios de Castilla-La Mancha, Luis Alberto García Alía, quien además alertó sobre "el riesgo de contraer enfermedades transmitidas por vectores, ya que las altas temperaturas favorecen la actuación de estos insectos".
En su explicación sobre el tema, señaló que los patógenos varían en tamaño, tipo y mecanismos de transmisión: van desde infinitesimales virus o bacterias, hasta hongos o parásitos, y todos estos necesitan unas condiciones ambientales determinadas para reproducirse y propagarse.
Agregó que los fenómenos meteorológicos extremos, que acompañan al calentamiento global, afectan en especial a la distribución de las enfermedades que se transmiten a través del agua o de vectores biológicos, como los mosquitos. Un conjunto de patologías que en la actualidad son más frecuentes en zonas tropicales y en lugares con problemas de acceso a agua potable y saneamiento.
Entre las poblaciones que más están creciendo destaca la de las garrapatas, transmisoras, entre otras, de la enfermedad de Lyme o la fiebre hemorrágica del Congo. "Cada vez son más los veterinarios de Castilla-La Mancha que están alertando sobre un aumento de consultas relacionadas con la picadura de estos insectos, lo que pone en grave peligro la salud del animal, pero también de las personas", destacó García Alía.
Otro de los vectores más comunes son los mosquitos. De hecho, en su región "se ha detectado la presencia de Aedes albopictus, comúnmente conocido como mosquito tigre, una especie invasora que llegó a la península a principios de los años 2000, o el Aedes Japónicus, culpable de la transmisión de enfermedades como la fiebre del Nilo Occidental, culpable de la muerte de 8 personas en Andalucía en el verano de 2021".
"No obstante, la única forma de hacer frente a las enfermedades zoonósicas transmitidas por vectores o por cualquier otra vía es prevenir, siempre bajo el paradigma 'Una Salud', ya que entre la salud de animales, personas y medio ambiente, no existen líneas divisorias", concluyó Luis Alberto García Alía.
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