Dr. Rivera: "Cada paciente es el hijo o el padre de alguien que lo espera en casa"

El Dr. Rafael Rivera Berrios, especialista en cardiología intervencional indica que ser padre es un catalizador que te permite vivir a plenitud si sabes establecer un balance entre la familia y la profesión.

Por: Yizeth Arrellano


El Dr. Rafael Rivera Berrios, especializado en Cardiología Intervencional y director del Laboratorio de Cateterismo en el Hospital Episcopal San Lucas de Ponce, narró a Medicina y Salud Pública que ser padre es el amor que le ha permitido hacer un balance en su vida, a pesar de la autoexigencia que implica una profesión de la que siempre se espera más.

La historia del Dr. Rivera, está caracterizada por un gran ejercicio de honestidad desde muy temprana edad. En la que luego de descubrir su gran amor por la salud, decidió dejar de estudiar ingeniería y dedicarse a estudiar medicina.  “Siempre me gustaron mucho las cosas relacionadas con la salud, hacer ejercicio, pero nunca me contemplaba como doctor, quizás por la ignorancia también de niño me decía: !Wow, Dios mío!, yo veía esa carrera tan y tan extensa, y como era bueno en matemática decidí estudiar ingeniería. Luego, cuando entre en la universidad, termino siendo médico porque me dije: bueno vamos a ser lo que quería ser, lo que en algún momento me gustaba y terminé siendo cardiólogo”

Proveniente de una familia tradicional en cuanto a los roles y el valor del tiempo en familia, se planteó ser padre. Lo que no imaginó es que ocurriría paralelamente al inicio de su consulta privada por medio de la especialización. Así que, sin miedo asumió el reto de comenzar una de las labores de mayor entrega y compromiso. Dos etapas altamente exigentes y demandantes, en las que admitió que no todo fue fácil y en especial, los que son padres lo pueden comprender.

“Siempre pongo a mi familia por delante de mi profesión, aunque saben que la adoro, que me encanta, que me gusta mucho lo que hago”, indicó el doctor Rivera sonriente a cámara mientras narró su historia.

En el transcurso de la carrera ha cuidado sigilosamente que no se le vaya de las manos el tiempo, y reconoce lo valioso que es para sí realizar su rol de padre. “Mi hijo ya tiene 10 años y entiende cuando tengo una emergencia, que en cualquier momento tengo que salir. El pequeño también sabe cuándo papá tiene que estar trabajando. Pero ese balance, tengo que ser honesto que siempre hay que vigilar que la balanza, no se vaya del lado profesional y abandones eso.”


El Dr. Rafael Rivera Berrios asegura que sus hijos comprenden su compromiso con la profesión y saben del profundo amor que él les tiene.

El doctor Rivera lidera y es parte de un programa académico que entrena a doctores en ese proceso de ser cardiólogos, y siempre trabaja de mano a mano con la enseñanza a nuevos profesionales, no solo a nivel académica, sino que intenta llevar un mensaje de lo que es la familia y en especial de aprender a tener balance familiar.

Desde una mirada llena de experiencia y un largo camino aún por recorrer, el Dr. Rivera recordó que en las manos de los especialistas recae no solo la vida de los pacientes, sino la plena confianza de ellos y sus familiares al momento de buscar lo más preciado: la salud. “El ser humano pone en tus manos la etapa más vulnerable que es su enfermedad” concluyó el doctor Rivera, quien asegura sentirse afortunado porque cuenta con el apoyo, la comprensión y el amor incondicional de su esposa, mientras vive el reto de ser especialista y padre a la vez. 


Vea la entrevista completa: 



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