Puerto Rico es su norte para ejercer su profesión.
Por: Yolimarian Torres
"Mi inspiración es ayudar a mis niños, saber que lo que yo pueda hacer y enseñarles hoy les pueda proveer salud para en el futuro", así lo dijo la doctora Eileen Lugo, gastroenteróloga pediátrica de la facultad médica del Hospital de la Concepción en San Germán.
Lugo se define como una puertorriqueña entregada a su profesión en beneficio de los niños en la Isla, donde se formó como profesional por la necesidad de esta especialidad, pero también por el amor y el respeto que le inspiran los pequeños.
“Mi mayor satisfacción es cuando un chiquito llega con dolor y tras aplicar el tratamiento adecuado, logro sacarle una sonrisa, también me llena darles una mejor calidad de vida, eso también hizo que me regresara a mi isla, a tratar a mis pacientes en Puerto Rico”, dijo.
Lugo relató que inicialmente sus estudios los comenzó en la Universidad Autónoma de Guadalajara en México, pero luego solicitó la transferencia a la Escuela de Medicina de Ponce (Ponce Health Science University), donde finalizó sus estudios en medicina. Allí, tras realizar su residencia en el Centro Médico Episcopal San Lucas, confirmó su pasión por la medicina pediátrica y la gastroenterología, una especialidad que a su juicio marca la vida de los niños.
"Vi la necesidad tan grande de medicina primaria y en especial la pediatría tanto en México como aquí en Puerto Rico. Cuando roté por pediatría, amé trabajar con niños y ver como las cosas más simples hacen una diferencia en ellos. Hice mi Residencia en Pediatría en el Centro Médico Episcopal San Lucas y siempre me intereso el campo de la gastroenterología porque también observé la necesidad que había de esta especialidad en Puerto Rico y la cantidad de patologías asociadas al sistema gastrointestinal", explicó.
“En ellos la ayuda más pequeña hace una diferencia en ellos, así que vi la necesidad desde el punto de vista de la gastroenterología, ya que muchas enfermedades se pueden prevenir a través de esta especialidad”, recalcó.
Experiencia de vida
Con nostalgia relató que uno de los momentos más impactantes de su carrera, fue cuando junto a sus colegas viajó a Ecuador, donde pudo atender a los niños tras una emergencia por un terremoto.
“Cuando terminé pediatría hicimos unas clínicas en Manta, Ecuador, junto con otros colegas del Hospital de Ponce, vimos que hay pobreza y mucha necesidad, y eso me permitió valorar nuestra profesión de pediatras y que podemos hacer la diferencia”, dijo.
Para finalizar, enfatizó en la importancia de más especialistas en beneficio de la población, porque "ver que llega un niño enfermo, abatido y luego de una evaluación efectiva y tratamiento adecuado, verlo salir con una sonrisa en los labios y con calidad de vida. Veo que esa es mi razón de ser y estar aquí. Por eso estoy en mi país".