La experta enfatiza la importancia de diferenciar esta condición del "baby blues" y destaca que el tratamiento debe ser individualizado, combinando medicación, psicoterapia y apoyo familiar.
Por: Laura Guio
La maternidad, uno de los momentos más esperados en la vida de muchas mujeres, puede convertirse en una experiencia marcada por la tristeza, la culpa y la desconexión emocional cuando aparece la depresión periparto.
Este trastorno, que tradicionalmente se conocía como depresión posparto, representa uno de los desafíos de salud mental más frecuentes durante el embarazo y los primeros años de crianza, afectando no solo a la madre sino también el vínculo fundamental con su bebé y el bienestar de toda la familia.
La psiquiatra perinatal Dra. Camila Torres, especialista en sexología y terapia de pareja, explica en entrevista exclusiva con la revista Medicina y Salud Pública, las características, síntomas y tratamientos de la depresión posparto.
Un trastorno más amplio de lo que se creía
"La depresión periparto es una depresión que ocurre desde la semana uno del embarazo hasta básicamente casi hasta dos años después del parto, incluso el postparto se puede prolongar hasta 4 años", explica Torres durante una entrevista para la revista Medicina y Salud Pública.
Esta condición afecta significativamente a las mujeres en edad reproductiva. "La depresión periparto es un trastorno que afecta a una de cada siete mujeres, estamos hablando que llega casi el 15 hasta un 25% de las mujeres que están en embarazo o que están en posparto", señala la experta.
Diferencias cruciales con el "baby blues"Un aspecto fundamental que destaca la doctora Torres es la diferenciación entre la tristeza posparto normal y la depresión periparto. El "baby blues" o tristeza posparto es una condición que experimenta el 80% de las mujeres después del parto, caracterizada por tristeza, llanto fácil e irritabilidad.
"Esta reactividad emocional como tal dura máximo siete días y es completamente esperable que se produzca precisamente por las caídas abruptas hormonales que se presentan después del parto", explica Torres. Sin embargo, advierte: "si por ejemplo la tristeza es muy intensa y dura más de 7 días, ahí hay que prender la alarma porque posiblemente estamos ya entrándonos a una depresión posparto".
Síntomas que van más allá de la tristezaLa depresión periparto presenta síntomas complejos que impactan múltiples aspectos de la vida de la mujer. "El primer criterio básicamente es que dure al menos dos semanas o más, pero también que haya por ejemplo una tristeza persistente que esta tristeza esté como la mayor parte del tiempo todos los días", describe la psiquiatra.
Entre los síntomas más preocupantes, Torres menciona: "También la depresión posparto se ve mucho como una dificultad de conectar con el bebé o de conectar con todas las cosas relacionadas con la maternidad". Además, pueden aparecer "ideas de culpa, de que todo lo que estoy haciendo lo estoy haciendo mal, no lo estoy haciendo como es, que soy la peor mamá del mundo".
En casos severos, la especialista advierte sobre síntomas más graves: "también muchas veces se pueden presentar ideas, por ejemplo, de muerte, o sea, como de me quiero morir, yo no debería estar acá (...) O incluso en un porcentaje cuando ya la depresión es muy severa, ideas de matarse o de hacerse daño a uno mismo o incluso al bebé".
Factores de riesgo multifactorialesLa doctora Torres enfatiza que "la depresión posparto y en general cualquier trastorno que hablamos nosotros en psiquiatría es de origen multifactorial". Entre los factores de riesgo identifica antecedentes de depresión o ansiedad, violencia intrafamiliar, pobre red de apoyo, y factores biológicos inherentes al embarazo y posparto.
"Cualquier mujer en embarazo y posparto tiene mayor riesgo que una mujer que nunca haya sido madre o que no esté embarazada porque con solo el hecho de estas caídas abruptas, hormonales y de los cambios neuroquímicos y neuroestructurales que se producen con el embarazo y el posparto también hace como que marque esta predisposición", explica.
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El abordaje terapéutico que propone la doctora Torres se basa en tres pilares fundamentales. "En cuanto al tratamiento son tres ejes súper importantes a tener en cuenta para tratar", indica la especialista.
El primer eje es el tratamiento farmacológico, aunque aclara: "No a todas las mujeres se les pone medicación (...) todos los tratamientos son individualizados y van a responder a las necesidades y también a la severidad del cuadro que tenga la paciente".
Sobre la seguridad de los medicamentos durante la lactancia, Torres tranquiliza: "la mayoría de los medicamentos que usamos son medicamentos que suelen ser muy seguros para la lactancia, incluso para el embarazo".
El segundo eje corresponde a la psicoterapia. "Es importante también reconocer la importancia de un proceso psicoterapéutico, idealmente con un profesional que se encargue del tema de maternidad", recomienda la especialista, quien explica que durante la maternidad "se abre una puerta muy grande como a traumas de la infancia".
El tercer eje aborda el componente psicosocial, incluyendo al entorno familiar y la red de apoyo de la mujer.
El papel fundamental de la familiaPara las familias que acompañan a mujeres con depresión periparto, la doctora Torres ofrece recomendaciones específicas.
"Lo primero, y sé que es muy difícil de pronto uno tener la paciencia del mundo (...) es súper importante que cada familiar que hace parte de esta red de apoyo entienda que no es la mujer la que quiere sentirse así, sino que realmente esto es una enfermedad".
Su consejo principal es claro: "¿qué es lo mejor que puede hacer la familia teniendo en cuenta esto que les acabo de decir? Acompañar. Acompañar y no juzgar. Simplemente apoyar, soportar ese momento, escuchar lo que quiere decir y respetar los momentos en los que la persona quiere hablar".
La doctora Torres concluye con un mensaje esperanzador: "si ella está bien, el bebé está bien y eso es lo que hay que cuidar, principalmente a la mujer", recordando que con el tratamiento adecuado, esta condición tiene solución y la recuperación es posible.