Embarazo y EII: Expertas aclaran riesgos y manejo de la condición para evitar complicaciones

Las Dras. Irene Villamil, gastroenteróloga, y Pamela Silén Revera, ginecóloga obstetra, revelan las posibilidades de un embarazo en mujeres que padecen de enfermedad inflamatoria intestinal.

Por: Carolina Cortés


La decisión de tener hijos es una de las más importantes y personales que una mujer puede tomar en su vida. Sin embargo, para aquellas que viven con una enfermedad inflamatoria intestinal (EII), como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa, esta decisión puede estar acompañada de una serie de desafíos adicionales. 

Según especialistas en el campo de la gastroenterología y la ginecología, estas condiciones no necesariamente impiden la posibilidad de concebir, pero sí requieren una planificación cuidadosa y un manejo adecuado de la enfermedad.

Impacto de las EII en la Fertilidad

Las EII, que afecta principalmente el tracto gastrointestinal, suelen diagnosticarse en mujeres jóvenes, muchas de ellas en su edad reproductiva. De acuerdo con la doctora Pamela Asilén Rivera, ginecóloga y obstetra, aproximadamente el 50% de las pacientes con EII son diagnosticadas antes de los 35 años, coincidiendo con el período de mayor fecundidad en la mujer. 

"La fertilidad en pacientes con EII controlada es comparable a la de la población general," explica la doctora Rivera. Sin embargo, cuando la enfermedad está activa, la inflamación puede afectar la pelvis y obstruir las trompas de Falopio, reduciendo las probabilidades de concepción. 

Además, las mujeres que han sido sometidas a cirugías en la pelvis debido a la EII tienen un riesgo aumentado de infertilidad, lo que resalta la necesidad de un manejo integral y preventivo de la condición.

Planificación del Embarazo: Clave para un resultado positivo

El embarazo en mujeres con EII requiere una planificación meticulosa. Según la doctora Irene Villamil, gastroenteróloga, es crucial que las pacientes logren una remisión de la enfermedad antes de intentar concebir. 

"La remisión no solo mejora las posibilidades de concepción, sino que también reduce el riesgo de complicaciones durante el embarazo, como partos prematuros o bebés de bajo peso al nacer", comenta la especialista.

Es importante que las mujeres en edad reproductiva con EII estén bien informadas y trabajen en estrecha colaboración con sus médicos para planificar un embarazo en un momento en que la enfermedad se encuentre bajo control. 

Esto incluye la revisión de medicamentos, muchos de los cuales son seguros para continuar durante el embarazo, excepto algunos como la talidomida y el metotrexato, que deben ser discontinuados al menos seis meses antes de intentar concebir.

Manejo de la EII Durante el Embarazo

Una vez que una mujer con EII logra quedar embarazada, el manejo de su condición continúa siendo un aspecto crítico. La mayoría de los medicamentos utilizados para tratar la EII, incluidos los esteroides, las mesalaminas y las terapias biológicas como el infliximab y el adalimumab, son seguros durante el embarazo. Sin embargo, es fundamental que estas mujeres reciban atención especializada para garantizar tanto su salud como la del feto.

Un aspecto relevante es la interrupción de las terapias biológicas alrededor de las 30 semanas de gestación, para minimizar el riesgo de infecciones en el recién nacido, quien no debe recibir vacunas vivas, como la del rotavirus, hasta después de los seis meses de vida.

Las expertas mencionan que aquellas personas que se encuentren en búsqueda de concebir y padezcan de enfermedades como el Cron o colitis ulcerosa, deben de discontinuar por lo menos 6 meses antes el consumo de Talidomida que causa la disminución de los espermatozoides y el Metotrexato el cual puede causar malformaciones. 


Lactancia y EII: ¿Un desafío adicional?

La lactancia materna es otro tema que genera preocupación entre las mujeres con EII, especialmente en relación con la medicación. Sin embargo, la evidencia sugiere que la mayoría de los medicamentos utilizados para controlar la EII son seguros durante la lactancia. De hecho, lactar no solo es seguro, sino que también podría reducir el riesgo de que el bebé desarrolle EII en el futuro.

Las madres con EII deben estar bien informadas y recibir apoyo para continuar con sus tratamientos durante la lactancia, ya que interrumpir la medicación podría resultar en una recaída de la enfermedad.

Anticoncepción en mujeres con EII

Para aquellas mujeres con EII que deciden no quedar embarazadas, la elección del método anticonceptivo también requiere una consideración cuidadosa. La mayoría de los métodos anticonceptivos son seguros, pero las pacientes con enfermedad activa o con un historial de trombosis deben evitar los anticonceptivos que contienen estrógeno. 

Los métodos de larga duración, como los dispositivos intrauterinos (DIU) y los implantes hormonales, son generalmente recomendados por su eficacia y seguridad.




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