En Puerto Rico continúa aumentando el número de adultos mayores como resultado de los avances tecnológicos, el uso de vacunas y otras las mejorías en la medicina.
En Puerto Rico continúa aumentando el número de adultos mayores como resultado de los avances tecnológicos, el uso de vacunas y otras las mejorías en la medicina. Por otro lado, jugaron un rol muy importante la disminución en la tasa de fecundidad, la natalidad y la migración. El rápido crecimiento de la población y la alta prevalencia de enfermedades crónicas trajeron consigo un aumento en la utilización de servicios de salud, particularmente los dirigidos al cuidado prolongado.
Según indicó la experta en gerontología, la doctora Nirzka Labault Cabeza, en Puerto Rico -dentro de los adultos mayores- el grupo que utiliza mayor cantidad de medicamentos son los adultos residentes en centros de cuidado prolongado. Por ello, la combinación de los cambios fisiológicos propios del proceso de envejecimiento y las condiciones que padecen resulta una terapia compleja de medicamentos. Sin embargo, en la isla no existe evidencia de que se haya auscultado este tema en adultos mayores con la rigurosidad que requiere. Al momento de realizar la investigación se han realizado dos estudios, uno en el hospital como escenario y otro en centros de cuidado prolongado.
Para la década de los 90 surgen los Criterios BEER para que en los centros de cuidado prolongado (nursing homes) se pudiera determinar si las terapias de medicamentos prescritos a este segmento eran apropiadas o no. Junto con estudiantes de la Escuela Graduada de Salud Pública, Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico, se exploró la prevalencia del uso de medicamentos potencialmente inapropiados en este segmento poblacional y su relación en resultados adversos para la salud tales como: riesgo en caídas, efectos adversos y tóxicos, aumento en visitas a salas de emergencia, hospitalizaciones e incluso, la muerte justificada.
Los medicamentos potencialmente inapropiados (PIMs, por sus siglas en inglés) se definen como todo medicamento que debe evitarse, independientemente del diagnóstico, y aquel que debe evitarse tomando en cuenta el diagnóstico.
Ante el panorama, se indagó mediante el estudio de una muestra de 406 residentes de 18 centros alrededor de la isla, donde la edad media fue de 84 años, siendo el 67% mujeres. Las principales condiciones de esta población resultaron ser alzhéimer, diabetes y enfermedades cardíacas. Según la información brindada por los centros, en promedio, los adultos mayores tomaban hasta tres medicamentos potencialmente inapropiados y el 92% tomaba, al menos, un medicamento inapropiado dentro de sus terapias farmacológicas.
Por último, el estudio reflejó que los médicos generalistas fueron los que más prescribieron fármacos riesgosos a este grupo de adultos mayores.
El grupo de investigadores y estudiantes de la gerontóloga -compuesto por la Dra. Linnette Rodríguez , Aurora Rodríguez Rodríguez, John Rodríguez Adames, Margarita Orengo Valentín, Maritere Mulero Hernández, y Zulema González González- afirmó que, aunque se conoció el uso potencialmente inapropiado de medicamentos en la muestra bajo estudio, se recomienda un estudio prospectivo que envuelva un abordaje analítico más específico y donde la muestra sea verdaderamente representativa.