En un trabajo reciente publicado en Nature Microbiology, un equipo de investigadoras de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) ha descrito una nueva diana terapéutica que puede ser crucial para combatir en un futuro al virus. Específicamente, han demostrado que existe una interacción molecular entre una proteína de la membrana de la célula y una proteína que degrada dNTPs, los ladrillos que utiliza la célula para construir la escalera de ADN de los cromosomas.
La estrategia clásica de las vacunas –que consiste en preparar al sistema inmune para defenderse de los virus o bacterias que generan enfermedades– no ha funcionado con el virus del VIH.
Hasta ahora, los tratamientos sólo han conseguido bloquear la replicación del virus para que no dañe el organismo, por lo que son tratamientos crónicos que mantienen el virus en estado de latencia.
Además, el VIH es escurridizo: consigue mutar sus genes y así hacerse resistente a los tratamientos.
“Hace unos años descubrimos que una proteína de la membrana de la célula que estudiábamos, llamada CD81, se asociaba a la proteína SAMHD1. En ese momento no se sabía nada de SAMHD1, por lo que este resultado quedó sumergido en una aburrida tabla de interacciones”, explica María Yáñez-Mó, investigadora de la UAM y directora del trabajo.
“Un par de años después –continúa la investigadora– SAMHD1 estaba de moda: se había demostrado que degradaba los dNTPs, necesarios para la replicación del VIH. Bajo la hipótesis de que si en la célula escasean los dNTPs el virus no puede replicarse y la infección se detiene, decidimos entonces investigar la interacción de SAMHD1 con CD81”.
Como resultado de esta investigación, utilizando herramientas desarrolladas en el grupo, incluida la tecnología CRISPR/Cas9, han demostrado que CD81 es capaz de controlar la eliminación de SAMHD1. Sus resultados indican que CD81 actúa como aliado del VIH –al aumentar el CD81 en la célula, aumenta la retrotranscripción del virus–.
En la dirección de una estrategia para tratar a los pacientes de sida, las investigadoras ya han probado en células la acción de unos péptidos que bloquean CD81 y que inhiben la infección. “El siguiente paso para que este hallazgo llegue a los pacientes requiere del compromiso de la industria farmacéutica”, afirman.
Publicado en 'NATURE MICROBIOLOGY'.