La irisina o también conocida como la «hormona del ejercicio» se ha posicionado como un potente aliado para frenar la progresión del alzhéimer
Un estudio revela su poder para frenar el deterioro cognitivo y del aprendizaje en ratones
Un nuevo estudio revela que la presencia de esta hormona en niveles elevados gracias a la práctica del ejercicio, contribuye a frenar el deterioro congnitivo y del aprendizaje en ratones, dos de los efectos de la enfermedad de Alzhéimer. También se ha comprobado que su presencia es superior en cerebros humanos sanos e inferior en los enfermos.
La irisina o también conocida como la «hormona del ejercicio» se ha posicionado como un potente aliado para frenar la progresión del alzhéimer al menos, en ratones.