Por: Paula Alejandra Rojas Agencia Latina de Noticias de Medicina y Salud Pública
Desde su aparición hasta la actualidad, el virus del sida ha infectado a 76,1 millones de personas y ha causado 35 millones de muertes. Y aunque la investigación ha logrado grandes hazañas en la lucha contra el VIH, todavía se producen anualmente 1,8 millones de nuevas infecciones y un millón de muertes a causa del sida. Un estudio epidemiológico, liderado por Jacob Bor, de la Universidad de Boston en Estados Unidos, sobre la atención del VIH en Sudáfrica en 2011-2012 (cuando el tratamiento antirretroviral dependía del recuento de células CD4), demostró que los pacientes elegibles para la terapia antirretroviral inmediata eran los que asistían a consulta significativamente más y prestaban mayor atención a su cuidado, en comparación a aquellos que no cumplían con los criterios para tomar los fármacos. Estos hallazgos respaldan las recomendaciones actuales de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para proporcionar terapia antirretroviral independientemente del recuento de CD4. Y aunque los tratamientos han conseguido cronificar la enfermedad, la medicina afronta el reto de erradicar el virus. Sin embargo, rara vez se ha logrado curar la infección por VIH. Por ejemplo, un equipo de investigadores de la Clínica Mayo en Estados Unidos, estudió el caso de una persona con VIH que se sometió a un trasplante de células madre alogénicas como tratamiento para la leucemia linfoblástica aguda. Aunque el depósito de VIH del paciente disminuyó con el tratamiento, sufrió el rebote viral después de un período prolongado (288 días) sin terapia antirretroviral. A pesar del fracaso, para los autores todos estos hallazgos son valiosos para guiar futuros intentos de curar el virus utilizando el trasplante de células madre y otros métodos. En la actualidad, según cifras de la OMS, solamente el 70% de las personas infectadas conoce su estado serológico. En 2016, un millón de personas fallecieron en el mundo por causas relacionadas con este virus. Y aunque no se ha descubierto cura alguna para la infección, el tratamiento con antirretrovíricos eficaces permite controlar el virus y prevenir la transmisión. Por ello, el 54% de los adultos y el 43% de los niños con el virus toman estos fármacos de por vida. La infección se suele diagnosticar mediante análisis que detectan la presencia o ausencia de anticuerpos contra el virus. En la mayoría de los casos, los resultados se obtienen en el mismo día, una cuestión fundamental para diagnosticar la infección rápidamente e iniciar el tratamiento lo antes posible. Hay grupos poblacionales que merecen especial atención por correr un mayor riesgo de infección: los hombres que tienen relaciones homosexuales, los consumidores de drogas inyectables, los presos y personas que están recluidas en otros entornos, los trabajadores sexuales y sus clientes, y los transexuales.