Su objetivo inicial como profesional de la salud era trabajar desde la medicina interna para mejorar la calidad de vida de sus pacientes. Sin embargo, la fortaleza y la actitud de los niños la motivaron a seguir su camino desde la pediatría, área que acompaña con su destacado trabajo sobre alergias e inmunología en Puerto Rico.
Jean Mitchelle Vélez
Agencia Latina de Noticias Medicina y Salud Pública
"Yo puedo trabajar con cualquier tipo de paciente, pero los nenes son tan puros, no hacen las cosas a propósito. Si no se toman la medicina es porque el papá no se la dió. Los nenes aunque les duela lo que les duela, te dan una sonrisa. Ahí yo fuí viendo y rotando y cambié a pediatría hasta el día de hoy", confesó la doctor Vilma Velázquez quien llega más de 20 años atendiendo niños, luego de que un revés en su vida la encaminara a especializarse como pediatra.
Creciendo en una familia que no tenía poder adquisitivo para poder costear sus estudios en medicina, Vilma Velázquez Almodóvar no vio truncado su sueño de llegar a ser una doctora. Si bien desde su adolescencia ya tenía perfilada su vida profesional, jamás imaginó terminar en la especialidad que atiende a los niños.
Su interés por la medicina surgió a temprana edad cuando visitaba médicos u hospitales, pues le llamaba la atención el funcionamiento del cuerpo. Sin embargo, fue enfática al mencionar en que nadie de su entorno influyó para elegir su carrera y especialidad profesional. Al haber crecido en una familia con limitaciones económicas, Velázquez Almodóvar logró entrar a la universidad donde culminó su bachillerato en pre-médica, añadiendo créditos en tecnología médica. Esta profesión le ayudó un par de años mientras ahorró el dinero suficiente y entró a la escuela de medicina.
Para ese tiempo la cuestión de los préstamos no estaba tan activa y ahora todas las escuelas tienen préstamos, pero yo no. Hice todos los requisitos, solicité en la escuela de tecnología médica y entré. Era una escuela bien pequeña y aceptan como 10 personas... Hice mi práctica y más me gustaba la medicina porque estaba bien cerquita de lo que quería. De ahí partí y trabajé dos años con el propósito de reunir dinero para poder costear algo de la escuela. En ese transcurso conocí al que es mi esposo (Doctor Carlos Alberto Camacho) y que quería estudiar medicina también y ahí tenía alguien que me estaba empujando. Él me decía 'dale nos vamos los dos' y nos fuimos a República Dominicana a estudiar, o sea que tenía el backup de mi familia pero también el de mi esposo que sí tenía solvencia económica", rememoró Velázquez quien es nacida en Ponce.Al llegar al país vecino, ingresó a la escuela Pedro Enrique Breña en la que estuvo cuatro años . Allí aprendió hasta de enfermedades y métodos que no se realizan en Puerto Rico.
La educación fue buena, la educación la haces tú. Yo estudiaba mis cosas en inglés porque sabía que aquí las cosas son en inglés, pero yo tomaba mis clases en español. Yo quería hacer medicina interna por las rotaciones que ví allá, así que yo vine seis meses antes de graduarme con mis exámenes aprobados para entrar. El examen que ofrece los Estados Unidos yo lo tenía aprobado, tuve la dicha de cogerlos antes, ya que muchos extranjeros deciden dejarlo para el final. Yo estudié, aprobé y seis meses antes de graduarme ya tenía entrevista en Puerto Rico, además de ser entrevistas en medicina interna. Fui a Bayamón, San Juan y otros. Lo que se conoce como San Lucas hoy, antes era el Hospital Distrito de Ponce, en el que había una residencia de medicina interna, la cual solicité. Al hacerlo, me encontré con alguien que estudió conmigo pero que ya se había graduado y que me dijo 'vente a pediatría, medicina interna no sirve' y me consiguió una entrevista a pesar que yo no quería’, explica la doctora en su entrevista con MSP.
Me entrevisté con la Dra. Álvarez -muy reconocida en Puerto Rico-. Ella me preguntó cosas que yo hacía en Santo Domingo que aquí no. Por ejemplo cómo se hace la hidratación que alló no es por vena... Y así estuve en una entrevista muy buena e hice un cambio que cambió bastante mi vida’", contó la pediatra.En su comienzo en el hospital que ubica en el sur de la isla, se dió cuenta que la especialidad con niños era lo más que le gustaba. Durante esta residencia, floreció otro de sus intereses: la enseñanza, algo que demostraba continuamente. Por sus esfuerzos, durante tres años se posicionó como la encargada académica de los estudiantes y residentes que rotan en el hospital.
Imprescindible y necesario su paso por las aulas de medicina en EE.UU.
Años más tarde, decide hacer una subespecialidad en en Estados Unidos en alergias e inmunología, específicamente en la Universidad de Nueva York (SUNY), donde a su entender fue la mejor opción porque con conocimientos en inmunología puede partir y entender muchas complejidades que se presentan en Puerto Rico. "Ahí tuve un revés porque el programa es combinado con adultos y pediátricos y me dió trabajo", confesó. Luego de terminar la subespecialidad en 1998, Velázquez regresa a la isla para poder abrir sus oficinas y comenzar formalmente a tratar pacientes, un logro que le tomó dos años alcanzar y estabilizar. Para entonces, el Hospital Distrito de Ponce cambia de administración y pasa a llamarse Hospital San Lucas, en el que estaba vacante el puesto que había dejado cuando decido subespecializarse en Estados Unidos. Al mismo tiempo, la especialista impartía clases en la Escuela de Medicina de Ponce y obtiene su práctica privada, convirtiéndose en la única alergista que existe en la zona sur de Puerto Rico hasta la actualidad. Es importante mencionar que gracias a esta subespecialidad, Velázquez amplió su gama de pacientes; es decir, podía atender a infantes y adultos.Soy el único alergista en la zona sur. Yo voy hasta Mayagüez a ver pacientes dos veces al mes. Divido mis días: veo adultos y veo nenes días distintos, porque me resulta mejor trabajar con ellos por separado aunque también he tenido buen trabajo con los adultos. Entiendo que el entrenamiento en pediatría me ha ayudado a trabajar con adultos especialmente con los mayores", opinó.
Alergias: una dolencia frecuente para los habitantes de la isla
Ante las enfermedades y particularidades que la doctora se enfrenta en su día a día, mencionó que las alergias más común que llegan a sus manos son urticarias y alergias nasales. [adsforwp id="48428"] Explicó que las alergias nasales son más común en adultos, pero a medida en que pasa el tiempo notas a los niños pequeños teniendo alergias nasales. Los niños usualmente tienen alergias por las comidas, medicamentos o picaduras de insectos, en adultos no ves esto. En adultos se manifiesta rinitis nasal que es relacionado a los polvos y hongos que son enfermedades crónicas que están todo el año. Las que son difíciles son las urticarias crónicas porque no se encuentra la causa y comienzas a buscar causas inmunes que estén envueltas en el proceso y puede resultar que su problema no esté relacionado a alergia. Otra alergia que es más difícil controlar son la de los ojos. Lo más retante es ver la impresión de la alergia en la piel en pediátricos. A veces ese no es el problema o eso no le hace daño, es simplemente que pasa algo y se dejan llevar mucho por reacciones en piel. Entre varios casos que mencionó durante la entrevista destacó el de una niña que resultó con un linfoma relacionado a la falta de inmunidad.Dentro de los pacientes inmunológicos tuve una nena que tenía las defensas muy bajas y se le dio tratamiento para las defensas, pero como en ese tiempo el paciente se puede contagiar con cualquier cosa porque las vacunas no le trabajan, a esa nena le empecé a ver que tenía un chichón en el cuello. Después de evaluarla y enviarla a cirugía, resultó ser una masa y era un linfoma -comunes en problemas de inmunodeficiencia-. Esa paciente me impresionó porque es una complicación y ver una nena tan pequeña con eso te impacta. Sin embargo, todo salió bien porque se le dio tratamientos con quimios y todo lo demás, y hasta ahora la nena está bien".
Los planes médicos, “injustos especialmente con los pediatras”
Alineándose con la opinión de la mayoría de los médicos del país, criticó la mala paga de los planes médicos.Los planes son más injustos con los pediatras, son a los que menos le pagan. Si ves los cheques que le pagan a los pediatras por paciente, dan ganas de llorar, es super injusto. Yo digo ¿por qué? si esa es la gente que si yo trato bien, en el futuro va a echar el país hacia adelante. Eso ocurre con todos los planes médicos: la tarifa más bajita es la de pediatría. Desde que yo terminé de estudiar no he visto ningún cambio y siempre ha sido así, no hay explicación. Esta situación obliga a que los pediatras no abran oficinas, no hagan vacunación y tengan muchos trabajos porque no puede subsistir, es un profesional que estudia mucho y hasta los ves haciendo turnos en salas de emergencia porque no les da, los planes médicos no pagan".
Su otra vocación lejos del consultorio: ser madre
Velázquez manifestó que aunque ella es pediatra, durante la etapa de infancia sus dos hijos "tenían su propio pediatra, pero uno siempre va a dar su toquecito".Una vez yo estuve con mi hijo se me cayó y recibió un golpe, y yo llegué histérica al hospital diciendo que quería hacerle un sinnúmero de examinaciones pero todos me decían 'estate tranquila solo hay que cocerlo'. Tú no puedes evaluar, sin embargo, puedes exagerar diciendo que está bien mal, pero lo peor es decir que no hay problema, que no se haga nada y yo tengo gente que maneje, hay que hacerlo de esa manera porque sino, no puedes trabajar pero siempre uno trata de influir un poco", aseveró la jefa de residentes pediátricos del Hospital San Lucas.Aunque sus hijos negaban de pequeños la profesión, hoy en día también se preparan en el campo de la salud. "De hecho mis hijos decían que no iban a estudiar medicina porque ya estaban cansados de escucharnos hablar del tema en muchas ocasiones". [adsforwp id="48432"] Sin embargo, su hijo mayor se encuentra en el estado de Georgia preparándose como médico internista. Al mismo tiempo, su hija realiza su maestría en Salud Pública en la Ponce Health Sciences University, pero la doctora indicó que más adelante cursaría estudios de derecho. Durante la entrevista, Velázquez comentó que durante 18 años ha compartido oficinas con su esposo, el Dr. Carlos Alberto Camacho quien también es pediatra con una subespecialidad en gastroenterología. "Nos consultamos, él tiene sus pacientes yo los míos, a veces el tiene algo de gastroenterología para ver un caso y viceversa, trabajamos en equipo".
Extraña combinación con la astronomía
La medicina no es el único interés de la doctora Vilma Velázquez. En su escaso tiempo libre, la especialista aprovecha las noches para observar las estrellas, de manera literal pues también la apasiona la astronomía. Con su telescopio, que cuenta con un lente de ocho pulgadas, disfruta las noches para ver "estrellas, galaxias y otras cosas", dijo entre risas. Con varios cursos en el área, Velázquez se hizo miembro de la Sociedad de Astronomia del Caribe y de Estados Unidos. Esto le permite participar en algunas excursiones que se realizan en la isla, generalmente a un terreno de Pitahaya, en Cabo Rojo, donde los expertos aprovechan la oscuridad para explorar la constelación. Debido a que en la zona hay cruzacalles que indican que es un área en la que se han presenciado avistamientos de fenómenos extraterrestres, la también facultativa de la PHSU bromeó diciendo que no ha visto ninguno, pero sí muchas estrellas.La experiencia es tremenda, he podido ver todas las estrellas que jamás he pensado y aprovecho para compartir con ellos", agregó.