Eventos como el infarto o el ictus pueden manifestarse en pacientes con cáncer meses antes de un diagnóstico definitivo, reveló una nueva investigación.
Investigadores han descubierto que los adultos mayores, que son pacientes con cáncer, son más propensos a haber padecido accidentes cerebrovasculares o infartos cardíacos meses o semanas antes de haber sido diagnosticada la malignidad. Así lo afirma una investigación publicada en la edición de la revista 'Blood'. El artículo también afirman que los tipos de cáncer que más se asocian con los padecimientos anteriormente mencionados son los cánceres en etapas avanzadas, el cáncer de pulmón y el cáncer de colon.
De acuerdo con los científicos, las afecciones estarían producidas por la presencia de coágulos de sangre en las arterias del cuerpo. Por ello, para evaluar las posibilidades de padecer de estos eventos, los investigadores -que hacen parte de 'Weill Cornell Medicine', 'NewYork-Presbyterian' y 'Memorial Sloan Kettering Cancer Center' en la ciudad de Nueva York, en Estados Unidos- realizaron un análisis generalizado de los signos y síntomas previos a un diagnóstico final de cáncer.
Nuestros datos muestran que hay un riesgo asociado de accidente cerebrovascular isquémico y ataque cardiaco que comienza a aumentar en los cinco meses anteriores al diagnóstico oficial y al máximo en el mes anterior", explica el autor principal del estudio, Babak Navi, profesor asociado de Neurología en el Departamento de Neurología y de Neurociencia en el Instituto de Investigación del Cerebro y la Mente Feil en 'Weill Cornell Medicine'.
Estos resultados sugieren que el efecto del cáncer en el sistema de coagulación puede ser lo que predomina el riesgo asociado de ataques cardiacos y accidentes cerebrovasculares", mencionó este investigador, también neurólogo en el Centro Médico NewYork-Presbyterian/Weill Cornell al sitio web infosalus.com
El médico también explicó que varios tipos de cáncer producen actividad tromboembólica en las fases iniciales de la enfermedad. Sin embargo, como los pacientes no los relacionan a esta anomalía, tardan meses o años en buscar atención médica.
Para llegar a esta conclusión final, los especialistas que participaron del estudio utilizaron datos de Medicare, vinculada al registro de Vigilancia, Epidemiología y Resultados Finales (SEER, por sus siglas en inglés) . A partir de ellos, revisaron cuidadosamente la información y buscaron indicios sobre los riesgos de infartos y accidentes cerebrovasculares en personas desde los 67 años de edad a las que se les diagnosticó cáncer de seno, uterino, pancreático, gástrico colorrectal, de próstata, de pulmón y linfoma no Hodgkin desde el 1 de enero de 2005 hasta el 31 de diciembre de 2013.
En total, la investigación se realizó con datos de estudio incluyó a 748.662 beneficiarios de Medicare y comparó a los pacientes con cáncer con controles pareados durante los 360 días anteriores al diagnóstico de cáncer.
70% de riesgo un año antes del diagnóstico
Los resultados del estudio evidenciaron que las posibilidades de sufrir alguno de los dos eventos aumentó drásticamente un año antes de obtener el diagnóstico de cáncer. De acuerdo con las cifras, los pacientes son un 70% más propensos a sufrirlos 360 días antes, siendo el mes inmediatamente anterior al diagnóstico la etapa de mayor riesgo. En este período, los afectados a los que se les detectó cáncer posteriormente, tenían más de cinco veces más probabilidades de sufrir un infarto o un derrame cerebral, en comparación con los que no tenían cáncer: Incluso 2.313 de los pacientes con cáncer tuvieron un evento en comparación con 413 de los controles emparejados.
De acuerdo con la información del estudio, la tasa de infartos o ACV era más alta en afectados con cánceres de pulmón y colorrectal y en aquellos con enfermedad en estadio 3 o 4. Al revisar estos eventos por separado, los investigadores descubrieron que el riesgo aumentó en los pacientes, meses antes del diagnóstico de cáncer. El sitio web infosalus.com también reportó que otros análisis secundarios para eventos tromboembólicos confirmaron estos hallazgos iniciales.
Los análisis secundarios de los tipos de eventos tromboembólicos arteriales adicionales (es decir, el tromboembolismo de las arterias que suministran a las extremidades periféricas o mesenterio) confirmaron aún más los hallazgos principales.
El uso de los datos de las reclamaciones no permitió a los investigadores tener en cuenta los factores del estilo de vida, como el estado de fumar, la gravedad del evento o la forma en que las interrupciones en las terapias de adelgazamiento de la sangre antes de los procedimientos quirúrgicos pueden haber sido importantes. Además, algunos de los eventos podrían haber llevado a un diagnóstico de cáncer debido al aumento de la vigilancia y las pruebas médicas.