Un cuadro respiratorio agudo producido por el virus de la influenza dio a los médicos un escenario clínico que jamás imaginaron. Lo que figuraba como un síndrome respiratorio, culminó siendo un diagnóstico nunca antes esperado.
Un cuadro respiratorio agudo producido por el virus de la influenza dio a los médicos un escenario clínico que jamás imaginaron. Lo que figuraba como un síndrome respiratorio, culminó siendo un diagnóstico nunca antes esperado.
Y es que el síndrome de Castleman, un trastorno raro a nivel mundial, caracterizado por el crecimiento excesivo de células en el sistema linfático (desde donde se combaten las enfermedades) fue diagnosticado en Puerto Rico, para sorpresa de los médicos testigos del cuadro clínico disfrazados por síntomas respiratorios persistentes.
El trastorno es asociado en ocasiones a la infección del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) y hasta con el riesgo de cáncer. Es conocida también como hiperplasia de ganglio linfático gigante e hiperplasia linfoide angiofolicular. Puede identificarse de forma localizada (unicéntrica) o extendida (multicéntrica).
En este caso una paciente persistió años con un nódulo intrapulmonar en una paciente de 52 años que llegó con cuadro clínico con malestar general, fiebre, dolor de garganta, tos seca y otros.
Una placa incidental identificaron un nódulo en el área del plumón en el 2012, sin embargo, cuatro años después la paciente llegó a la sala de emergencia con el nódulos más grande y denso, explicó la doctora Amalia López, autora en el caso.
Los síntomas respiratorios persistieron y de esta forma, los médicos descubrieron que se trataba del raro síndrome del que tan solo existen no más de 50 casos en los Estados Unidos, según López.
“El nódulo fue un hallazgo incidental en radiografía estaba asintomático”, enfatizó.
Entre los autores del caso además figuraron el doctor Francisco Díaz Lozada, Modesto González, Déborah Zamora y Miriam Castro.
La historia continúa en el siguiente video: