Aunque las pruebas diagnósticas suelen contribuir de modo fundamental en la toma de decisiones médicas, pueden tener consecuencias no planeadas.
Por: Yolimarian Torres
Las pruebas médicas pueden ayudar a detectar una enfermedad, hacer un diagnóstico, planificar un tratamiento, verificar si el tratamiento está funcionando o vigilar una condición. Un médico puede pedirle estas pruebas como parte de un chequeo de rutina, para detectar ciertas enfermedades y trastornos o para controlar su salud.
Aquí te explicamos en qué consisten y si tienes dudas puedes consultar con tu médico.
Amniocentesis
La amniocentesis es una prueba diagnóstica que se realiza durante el embarazo a mujeres cuyos bebés presentan aparentes riesgos genéticos o cromosómicos, y en la cual se extrae una pequeña cantidad de líquido amniótico con el fin de estudiar posibles trastornos fetales.
Cuándo se hace una amniocentesis
Las indicaciones principales de la amniocentesis son las siguientes:
El estudio de malformaciones o enfermedades genéticas en el feto, como por ejemplo la trisomía del cromosoma 21 o síndrome de Down.
*Se suele realizar entre las semanas 15 y 18 del embarazo.
El análisis de sangre es una prueba que puede ser solicitada para casi cualquier consulta médica, con el fin de valorar el estado general del paciente.
Análisis del PSA
El PSA son las siglas por las que se conoce al antígeno específico de la próstata (Prostate-Specific Antigen). La próstata es una glándula que sólo existe en el varón y que abraza a la uretra por debajo de la vejiga. Se encarga de producir muchas sustancias, muchas de ellas necesarias para la producción del semen. Entre esas sustancias se encuentra el PSA, que es una molécula que se puede medir en la sangre determinando así su concentración.
El análisis del PSA es una prueba de fácil realización y poco agresiva, se trata de una analítica de sangre sencilla. Sus resultados deben ser interpretados con cautela. La prueba que sigue siendo hoy la más útil para detectar el cáncer de próstata precozmente es realizarse un tacto rectal anualmente a partir de los 50 años de edad.
Angiografía
La angiografía es una técnica basada en los rayos X que permite estudiar los vasos sanguíneos y su recorrido en cualquier zona del cuerpo. Consiste en introducir un cable alargado, que se llama catéter, a través de los vasos sanguíneos. Una vez dentro, se instila un contraste radiológico dentro de los vasos a estudiar, y mediante rayos X se pueden ver los vasos ‘dibujados’ en la imagen.
Alguno de sus usos ha sido desplazado por la ecografía doppler, que permite además medir el flujo de sangre, pero todavía hoy resulta esencial para el estudio anatómico de vasos sanguíneos, para planificar una cirugía, o para intervenir directamente mediante cateterismos.
Anoscopia
La anoscopia es una técnica que permite visualizar el interior del ano, el conducto anal y la parte baja del recto, es decir, los últimos 10 cm del tubo digestivo.
Gracias a este estudio se pueden realizar diagnósticos de enfermedades locales, y así se podrá decidir qué tratamiento es necesario. Para ello se utiliza un anoscopio, un tubo de unos 8-10 cm de largo y unos 3-4 cm de diámetro.
Si deseas realizarte alguna lo primero que debes hacer es consultar con tu médico para saber cuál te conviene más.