La dieta japonesa: una estrategia para retrasar la progresión de la enfermedad del hígado graso

La dieta japonesa promueve el consumo de alimentos de alta calidad y una menor ingesta de azúcar, grasas saturadas y sodio.

Por: Valentina Diaz Ospina


Estudio evidencio que seguir una dieta de estilo japonés puede ayudar a retrasar la progresión de la enfermedad del hígado graso no alcohólico.

Los investigadores analizaron a 136 personas con hígado graso no alcohólico (NAFLD) tratadas en un hospital en Japón y encontraron que aquellos que siguieron una dieta con alta adherencia al Índice de Dieta Japonesa de 12 componentes (mJDI12) experimentaron una desaceleración en la progresión de la fibrosis hepática asociada con la NAFLD.

La dieta japonesa consta de 12 alimentos y grupos de alimentos:

  • Arroz
  • Sopa de miso
  • Pickles
  • Productos de soja
  • Verduras verdes y amarillas
  • Frutas
  • Marisco
  • Champiñones
  • Algas marinas
  • Té verde
  • Café
  • Carne de res y cerdo

Dentro de la dieta japonesa, las personas que consumían más soja, mariscos y algas disfrutaron de la supresión más significativa de la progresión de la fibrosis hepática.

También se rastreó el efecto de la dieta sobre la masa muscular, donde se evidencio las personas que comían más productos de soya construyeron una mayor cantidad de masa muscular, además de tener bajas tasas de progresión de la fibrosis.

¿Qué es la enfermedad del hígado graso no alcohólico?

La enfermedad del hígado graso no alcohólico es una condición en la que la grasa se acumula en el hígado, afectando su función. Aunque no daña directamente al órgano, NAFLD conlleva riesgos de neoplasias malignas no hepáticas, enfermedades como el cáncer colorrectal, enfermedad renal crónica y problemas psicológicos.

El Dr. Muhammad Nadeem Aslam, científico investigador asistente en el Departamento de Patología de Medicina de Michigan de la Universidad de Michigan, que no participó en el estudio, explicó a Medical News Today la mecánica de cómo se desarrolla la enfermedad:

"La utilización del exceso de grasa, particularmente la grasa saturada, junto con los carbohidratos procesados (fructosa, glucosa y sacarosa) y demasiadas calorías conducen a un desequilibrio entre la acumulación de grasa y la descomposición en el hígado, siendo la acumulación de grasa en el hígado la consecuencia".

 El desarrollo de la enfermedad se relaciona con la ingesta excesiva de grasas saturadas y carbohidratos procesados, lo cual provoca un desequilibrio en la acumulación y descomposición de la grasa en el hígado. Algunos alimentos que promueven la enfermedad incluyen aceites hidrogenados, alimentos fritos, jugos, refrescos y alimentos procesados.

3 alimentos de la dieta japonesa

Los tres alimentos más influyentes citados en el estudio tienen sus propios beneficios y comparten al menos un atributo: son bajos en grasa.

"La soja, por ejemplo, es rica en proteínas vegetales de fibra que son bajas en grasas saturadas", dijo el Dr. Aslam.

Routhenstein agregó que la soya está "asociada con una mayor masa muscular, dado que es una proteína completa que contiene todos los aminoácidos esenciales para apoyar la creación de proteínas musculares".

"Los mariscos (principalmente pescado) son ricos en ácidos grasos omega-3 y vitaminas como D y B2 (riboflavina). El pescado también es rico en calcio y fósforo y es una gran fuente de minerales, como hierro, zinc, yodo, magnesio y potasio", dijo el Dr. Aslam.

Routhenstein citó las propiedades antiinflamatorias y antioxidantes de los mariscos por su efecto potencialmente supresor sobre la progresión de la fibrosis.

"Las algas japonesas son ricas en polifenoles, vitaminas y minerales. La mayoría de las algas comestibles contienen un conjunto único de nutrientes", agregó el Dr. Aslam, así como vitaminas.

Alimentos que también reducen la NAFLD

Otra dieta conocida por ser beneficiosa para las personas con NAFLD es la dieta mediterránea. Enfatiza los elementos de origen vegetal, frutas, verduras, nueces, legumbres, granos integrales y carnes magras.

Routhenstein cita un alimento en el índice mJDI12, el té verde, como especialmente útil para NAFLD debido a su contenido de antioxidantes.

"Se ha demostrado que protege contra la enfermedad del hígado graso porque contiene alrededor de 200-300 mg de epigalocatequina-3-galato (EGCG) en una taza", dijo Routhenstein.

El Dr. Aslam mencionó que los granos de café ricos en antioxidantes también están asociados con un menor riesgo general de NAFLD.

"Las frambuesas son ricas en fibra insoluble que ayuda a crear un ácido graso de cadena corta en el intestino llamado butirato, que los estudios han demostrado que es útil para revertir y prevenir la enfermedad del hígado graso", agregó Routenstein.

Incorporar elementos japoneses en la dieta

Expertos advierten que la dieta de muchos estadounidenses no cumple con las recomendaciones para un patrón alimentario saludable, lo que puede llevar a enfermedades crónicas como enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, obesidad y enfermedad del hígado graso

Por ello se enfatiza la importancia de incluir alimentos ricos en nutrientes en la dieta diaria, como verduras, frutas, granos enteros, mariscos, huevos, legumbres, nueces y semillas, lácteos bajos en grasa y carnes magras, evitando el exceso de azúcares, grasas saturadas y sodio.

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