La esofagitis eosinofílica es considerada una de las principales causas de enfermedad gastrointestinal.
Por: Luisa Ochoa
De acuerdo con la literatura médica, la esofagitis eosinofílica se detectó por primera vez en los años 90, es una condición crónica inflamatoria que genera una acumulación de glóbulos blancos o eosinófilos en el esófago.
“Es una condición crónica del esófago. La enfermedad es de índole inmunológica, tiene una parte clínica que es la disfunción del esófago y una parte histológica que se caracteriza por una inflamación con predominancia de eosinófilos en el esófago”, explicó el Dr. Ginés Martínez Mangual, en entrevista para la Revista Medicina y Salud Pública.
Pese a que actualmente no se conoce su causa, la enfermedad puede ser predispuesta por condiciones alérgicas como el asma, la dermatitis atópica y otras condiciones inmunológicas, por lo que el historial médico del paciente es un componente clave para llegar al diagnóstico.
Los síntomas de la esofagitis eosinofílica son similares a otras enfermedades
Sin embargo, la esofagitis eosinofílica se puede confundir con otras condiciones debido a la similitud de los síntomas que reportan comúnmente los pacientes. Por eso, el gastroenterólogo y director de la Unidad de Endoscopia del Hospital del Centro Comprensivo de Cáncer, mencionó la importancia de llegar al diagnóstico adecuado de la enfermedad.
“La presentación clínica de esta condición se puede confundir con otras enfermedades como el reflujo gastroesofágico, que es muy común. También hay enfermedades como la acalasia y otros desórdenes del esófago dónde encontramos infiltración de eosinófilos, pero no necesariamente significa que tengan esofagitis eosinofílica”, aclaró.
La sintomatología de la esofagitis eosinofílica se compone de disfagia, dolor en la boca del estómago, dolor en el pecho y atragantamiento. Por otro lado, los síntomas del reflujo también incluyen acidez estomacal que ocurre comúnmente después de comer, regurgitación y dolor en la parte alta del abdomen.
Al respecto, el especialista señaló que, “hay dos tipos de disfagia: la disfagia de trasferencia que ocurre en el acto de tragar y la disfagia esofágica, que es la dificultad donde la persona siente que la comida se queda a mitad de camino”. En ese caso, los pacientes con esofagitis eosinofílica pueden presentar ambos tipos de disfagia.
Aspectos que determinan el diagnóstico de la enfermedad
Para llegar al diagnóstico y diferenciar esta condición de otras gastrointestinales, el Dr. Martínez destacó tres aspectos claves: el historial médico del paciente, la endoscopia y el resultado de la biopsia.
“La endoscopia nos permite ver si el paciente tiene una estrechez en el esófago y una de las características que vemos son múltiples anillos bajando por el esófago. También se pueden ver micro abscesos eosinófilos, unos puntos blancos que se pueden confundir como si el paciente tuviera hongos y, sin embargo, en la biopsia resulta que no, son micro abscesos que tienen que ver con infiltración de eosinófilos”, enfatizó.
A su vez, la confirmación del diagnóstico de esofagitis se realiza únicamente a través de la biopsia, este examen permite que los especialistas detecten la condición y brinden el tratamiento más adecuado según las características del paciente que atienden.
“La biopsia es vital no solo desde el punto de vista diagnóstico sino terapéutico, porque si un paciente llega a una sala de emergencia con atragantamiento, son los endoscopistas intervencionales como nosotros entramos al esófago, removemos toda esa comida, vemos cuál es la situación, y le damos el tratamiento apropiado al paciente”, indicó el Dr. Martínez.
El especialista también hizo mención de la importancia de que un paciente acuda al médico y a su vez sea referido al gastroenterólogo, ya que la condición al ser crónica puede ir deteriorando la salud y mayores complicaciones.
Vea el programa completo aquí.