Estas condiciones solían afectar específicamente a adolescentes y adultos mayores, pero su incidencia ha aumentado en todos los grupos poblacionales.
Por: María Camila Sánchez
La inflamación crónica, desarrollada por enfermedades como Colitis Ulcerosa o la enfermedad de Crohn, suele estar asociada a un mayor riesgo de cáncer.
El proceso inflamatorio puede empezar, incluso, si no hay una lesión, y no remite cuando debería. Su desarrollo suele estar condicionado a infecciones que no desaparecen, reacciones inmunitarias anormales a los tejidos, o condiciones de salud como la obesidad.
En exclusiva para la Revista Medicina y Salud Pública, la Dra. Suzette Rivera MacMurray, gastroenteróloga, mencionó que este riesgo se incrementa con el tiempo en que perdura esa inflamación.
"A mayor grado de inflamación y más años con inflamación, hay mayor riesgo de convertirse en cáncer", aseveró. "Ya tenemos guías claras a cuántos años de enfermedad, y cuán extensa debe ser la enfermedad para que esto suceda, entonces hacemos evaluaciones para prevención de cáncer".
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Enfermedad inflamatoria intestinal y cáncer colorrectal
Afortunadamente, el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal en pacientes con colitis o Crohn's ha disminuido exponencialmente en los últimos años, gracias a la optimización de tratamientos y la vigilancia endoscópica.
"Los cánceres salen con unos cambios precancerosos, se hace biopsia debajo del microscopio y si vemos que esos cambios están ´sonando un fuego que viene´, intervenimos. Muchas veces el recurso es la cirugía".
Desafíos diagnósticos de las Enfermedades Inflamatorias Intestinales (EII)
Uno de los principales factores que dificultan el diagnóstico de esta condición, es cómo pueden los síntomas de estas condiciones afectar la calidad de vida de los pacientes. Además, hay que tener en cuenta que, en un principio, estas enfermedades solían afectar a adultos mayores, y a adolescentes.
Por otro lado, los síntomas de estas condiciones incluyen diarreas, hematoquecia (sangre en las heces) e, incluso, incontinencia fecal; temas que, desafortunadamente, no se informan en el consultorio médico, pero que sí puede facilitar la detección y el estancamiento del proceso inflamatorio de estas enfermedades.
"La gente no va a hablar de eso porque le da vergüenza", mencionó. "Estos temas son bastante sutiles, porque tienen que ver con la autoestima del paciente y el sentido de dignidad. Un muchacho joven que vio sangre, cree que se va a morir, se queda callado por no asustar a los papás y es un círculo que se va poniendo peor".
Nuevas terapias para el tratamiento de las EII
En los últimos años se han implementado y aprobado nuevas opciones de tratamiento para los pacientes, que aceleran el proceso de mejoría clínico, endoscópico y en la calidad de vida de los pacientes.
"Nos hemos movido a infusiones como líquidos intravenosos, que se dan con el suero, a tabletas ya disponibles en el mercado. Una, dos o tres tabletas al día, y la condición se mejora; también tenemos inyecciones subcutáneas que nos ayudan".
El objetivo de estos nuevos avances es evitar que el paciente tenga la enfermedad por mucho tiempo, facilitando el desarrollo de malignidades, así como el daño irreversible de los tejidos.
"Estamos tratando de identificar lo más temprano, y ser más agresivos basados en criterios específicos con la enfermedad para que no haya cicatrización del tejido y, por ende, el tejido no vuelva a ser normal".