El Dr. Vázquez afirma que para un diagnóstico objetivo, es necesario realizar una endoscopia mediante la cual se observa el estómago.
Por: María Camila Sánchez
La gastroparesia y la enfermedad celiaca son dos condiciones gastrointestinales poco frecuentes, pero que si no reciben el tratamiento adecuado pueden desencadenar otros factores que ponen en riesgo la salud del paciente.
La gastroparesia es una enfermedad que afecta principalmente la musculatura estomacal, enlenteciendo las contracciones musculares responsables del vacío del estómago después de ingerir alimentos.
Según el Dr. Ekie Vázquez, gastroenterólogo con práctica privada en Bayamón, esta es una enfermedad poco frecuente cuya incidencia aproximada es de 6.3 casos por cada 100.000 personas. “Se diagnostica con gastroparesia a cualquier persona que tenga algún tipo de impedimento para evacuar los alimentos fuera del cuerpo, causando un retraso en la trituración y el procesamiento de la comida y vaciarla del estómago”.
Por lo general, esta enfermedad se manifiesta de diferentes maneras, pero las más frecuentes son la saciedad temprana de los pacientes, bajo consumo de alimentos, sensación de hinchazón, náuseas y vómitos que pueden llegar a provocar, incluso, deficiencias nutricionales debido a la baja ingesta de requerimientos calóricos del organismo.
Desafortunadamente, si estas condiciones no son diagnosticadas y tratadas a tiempo, existe un riesgo de malnutrición. “Va a llegar un punto en que el paciente se va a sentir mejor si no come y esto puede desencadenar muchas deficiencias de nutrientes para el organismo. De igual manera sucede con los pacientes de enfermedad celiaca; pueden presentar, incluso, la formación de malignidades en el tracto digestivo por una condición de inflamación crónica no tratada”.
Adicional a esto, el experto afirma que para un diagnóstico objetivo, es necesario realizar una endoscopia mediante la cual se observa el estómago, específicamente los patrones de contractilidad estomacal y se descartan procesos de obstrucción. “Usualmente, se realiza un estudio del vacío gástrico en conjunto con especialistas de medicina nuclear. Se administra una sustancia radiactiva semi sólida o sólida (al paciente) para medir la cantidad de componentes de esta sustancia que permanecen en el cuerpo después de 2 y 4 horas de haberlo consumido”.
La gastroparesia puede aparecer en pacientes con diabetes o en pacientes que recientemente han pasado por un síndrome viral. En los pacientes diabéticos, la afectación puede llegar a interferir con el buen funcionamiento de otros nervios, órganos como el estómago predisponiéndolos a padecer de esta condición.
“Los pacientes diabéticos necesitan control glicémico. Debemos llevarlos a niveles óptimos del control de azúcar, para que la gastroparesia mejore si no, aunque le demos cualquier tratamiento, no va a haber una mejoría”, afirmó el Dr. Vázquez.
Por otra parte, otros factores desencadenantes importantes, pueden ser algunos tipos de cirugía, como la reparación de alguna hernia hiatal, o cirugía bariátrica. Para cualquiera de estas etiologías, los profesionales de la salud se encargan en primera instancia de aliviar los síntomas del paciente utilizando antiácidos u otras opciones, acorde al cuadro de molestias que presente.
Adicionalmente, el especialista explica que “hay medicamentos que son aprobados para el tratamiento de la gastroparesia, pero esos medicamentos se deben utilizar solamente cuando sean necesarios y a corto plazo porque tienen muchos efectos secundarios y pueden darle síntomas neurológicos irreversibles al paciente”.
“Necesitamos ayuda de nutricionistas para que se cercioren de que el paciente este haciendo la dieta adecuada, que eviten las fibras no solubles como las fibras vegetales, de las frutas y que hagan comidas pequeñas en varios momentos del día, alrededor de 6 comidas al día”, enfatizó.
Enfermedad celiaca
Similar a la gastroparesia, la enfermedad celiaca se presenta con nauseas, dolores abdominales, distención, saciedad temprana, en pacientes que tengan síntomas gástricos no específicos. Hay un patrón genético que sí está envuelto por lo que es necesario determinar el nivel de riesgo del paciente teniendo en cuenta los síntomas que presente, y el historial familiar.
El Dr. Vázquez explica que los síntomas pueden no estar relacionados al tracto gastrointestinal: “pueden presentarse reacciones cutáneas, un aumento de enzima en el hígado y deficiencias nutricionales”.
El diagnóstico requiere de una endoscopia, con el fin de observar el duodeno en el intestino delgado. “Buscamos patrones en el área de las microvellocidades del área duodenal que nos sugieran una reacción inflamatoria. Esa área es importante porque es donde se absorbe el hierro, por eso los pacientes pueden presentar deficiencias de hierro”.
La enfermedad celiaca también es conocida como alergia al gluten, de manera que los pacientes deben evitar una exposición a este componente de los alimentos para evitar complicaciones. El experto detalló que el tratamiento principal consiste en eliminar el gluten de las dietas, aunque en ocasiones es necesario el uso de esteroides o algún otro inmunosupresor para que esa reacción intestinal merme y haya una mejoría.
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