Investigadores indicaron que el objetivo debe ser un paseo de 15 minutos.
Por: Luisa Ochoa
Un nuevo estudio sugiere que salir a caminar después de comer puede reducir el nivel de azúcar en sangre y el riesgo de diabetes de tipo 2. Según los expertos, lo óptimo es hacerlo entre 60 y 90 minutos después de comer, ya que es cuando los niveles de azúcar en sangre suelen alcanzar su punto máximo y permite a los músculos absorber el combustible de la comida. El objetivo debe ser un paseo de 15 minutos, pero incluso los “mini paseos” de dos a cinco minutos ofrecen algún beneficio.
Investigadores de la Universidad de Limerick analizaron siete estudios en los que se comparaban los efectos de estar sentado, de pie o caminando sobre medidas de salud cardíaca, como los niveles de insulina y azúcar en sangre. Descubrieron que caminar ligeramente después de una comida tenía un impacto significativo en la moderación de los niveles de azúcar en sangre.
En cinco de los estudios, ninguno de los participantes tenía prediabetes o diabetes de tipo 2. En los dos restantes se examinó una mezcla de personas con y sin dichas enfermedades. Se pidió a los participantes que estuvieran de pie o caminaran de 2 a 5 minutos cada 20 o 30 minutos a lo largo de un día.
Los siete estudios demostraron que unos pocos minutos de caminata de ligera intensidad después de una comida eran suficientes para mejorar significativamente los niveles de azúcar en sangre en comparación con estar sentado. Cuando los participantes hacían esto, sus niveles de azúcar en sangre subían y bajaban más gradualmente.
Evitar las fluctuaciones bruscas de los niveles de azúcar en sangre es fundamental para los pacientes que controlan la diabetes. También se cree que las fluctuaciones bruscas contribuyen al desarrollo de la diabetes de tipo 2.
Aidan Buffey, autor principal de la revisión, publicada en la revista Sports Medicine, dijo que un mini paseo de dos o tres minutos es más práctico durante la jornada laboral. La gente “no se va a levantar, a correr en una cinta o a dar vueltas por la oficina”, dijo, pero sí puede tomar un café o incluso dar un paseo por el pasillo.
Por su parte, el doctor Euan Ashley, cardiólogo de la Universidad de Stanford que no participó en el estudio, afirmó en diálogo que: “moverse, aunque sea un poco, merece la pena y puede producir cambios cuantificables”. Para las personas que no pueden encontrar unos minutos para pasear, “estar de pie les ayudará en parte a conseguirlo”, señaló.
Para las personas que trabajan desde casa, los expertos sugirieron una caminata corta alrededor de la cuadra entre las reuniones o después del almuerzo. “Mientras más normalicemos las mini caminatas durante la jornada laboral, más factibles serán y si estás en un entorno rígido, ahí es cuando pueden surgir las dificultades”, advirtió Buffey. Según Ashley, “en caso de no poder tomarse esos pocos minutos, lo ideal es permanecer de pie”.
Se calcula a nivel mundial que más del 90 % de los casos son de diabetes tipo 2, que se asocian con sobrepeso, obesidad, edad avanzada y antecedentes familiares. Esta es una enfermedad crónica “silenciosa”, que puede pasar años inadvertida. Se estima que el 45 % de las personas con diabetes no tiene diagnóstico y que, en su enorme mayoría, tienen diabetes tipo 2.
Históricamente, había una mirada “glucocéntrica”, centrada únicamente en el control de la glucemia como objetivo terapéutico de la diabetes. Sin embargo, aunque el control de los niveles de glucosa en sangre es indispensable, los especialistas destacan la necesidad realizar un abordaje más integral, atendiendo también aspectos vinculados con factores de riesgo cardiovascular y renal.
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