La psoriasis no solo afecta la piel, sino que está estrechamente vinculada a la inflamación crónica, lo que puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares y otras condiciones autoinmunes.
Por: Jineth Rodríguez
La psoriasis es una enfermedad autoinmune crónica que afecta a millones de personas en todo el mundo. Aunque se asocia comúnmente con la piel, su impacto va más allá de la apariencia externa.
La inflamación crónica, un proceso clave en la psoriasis, puede influir en otros aspectos de la salud, desde el bienestar cardiovascular hasta el riesgo de desarrollar otras enfermedades autoinmunes.
La psoriasis y la inflamación crónica: una conexión compleja
La psoriasis no solo afecta la piel, sino que está vinculada a una inflamación crónica que puede aumentar el riesgo de diversas condiciones de salud. El sistema inmunológico de las personas con psoriasis reacciona de manera anormal, desencadenando una respuesta inflamatoria que da lugar a la formación de placas rojas y escamosas en la piel.
Esta inflamación no se limita a la piel, sino que también afecta a otras partes del cuerpo, lo que puede dar lugar a complicaciones como la artritis psoriásica y un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Impacto en el sistema cardiovascularUno de los hallazgos más preocupantes es el vínculo entre la psoriasis y las enfermedades del corazón. Las personas con psoriasis tienen un mayor riesgo de sufrir problemas cardiovasculares, como ataques al corazón y accidentes cerebrovasculares.
La inflamación crónica asociada con la enfermedad puede contribuir a la acumulación de placas en las arterias, lo que aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Este aspecto subraya la necesidad de controlar la inflamación no solo a nivel de la piel, sino también a nivel sistémico.
Psoriasis y comorbilidades autoinmunes
La inflamación crónica también está relacionada con un mayor riesgo de desarrollar otras enfermedades autoinmunes. Los estudios han mostrado que las personas con psoriasis tienen una mayor probabilidad de padecer trastornos como la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa, así como otras afecciones inflamatorias.
Esto resalta la importancia de un enfoque integral en el tratamiento de la psoriasis, que no solo se centre en la piel, sino también en el manejo de la inflamación sistémica.
Tratamiento integral y control de la inflamación
El manejo de la psoriasis ha avanzado considerablemente en los últimos años. Además de los tratamientos tópicos, como las cremas y los ungüentos, los medicamentos sistémicos, como los biológicos, han demostrado ser eficaces para controlar la inflamación y reducir los brotes.
Estos tratamientos no solo alivian los síntomas de la piel, sino que también ayudan a controlar la inflamación crónica en todo el cuerpo. Es crucial que las personas con psoriasis sigan un tratamiento integral que aborde tanto los aspectos cutáneos como la inflamación sistémica para reducir el riesgo de comorbilidades.
Enfoque multidisciplinario en el manejo de la psoriasis
Debido a la complejidad de la psoriasis y su relación con la inflamación crónica, un enfoque multidisciplinario es fundamental. Esto incluye la colaboración entre dermatólogos, cardiólogos, reumatólogos y otros especialistas que puedan trabajar juntos para ofrecer un tratamiento que aborde todas las facetas de la enfermedad.
Además, adoptar un estilo de vida saludable, que incluya una dieta equilibrada, ejercicio regular y manejo del estrés, es esencial para apoyar el tratamiento y reducir la inflamación en el cuerpo.
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