Las habas de soja son el alimento que marcó los valores medios más altos en este metal.
Por: Sergio Nicolás Ortiz Cortés
El níquel es un elemento químico muy abundante en la Tierra, por lo que es inevitable que acabe estando presente también en buena medida en muchos alimentos y hasta cierto punto en el agua.
Al contrario que otros metales, como el hierro o el cobre, no cumple ninguna función en el organismo humano que conozcamos (lo que no deja de ser curioso, si tenemos en cuenta que sí que se sabe que es importante para la salud de otros animales).
Pero, afortunadamente, en las cantidades en las que normalmente lo encontramos en los alimentos tampoco resulta tóxico ni perjudicial para la mayoría de la población.
Los alimentos con más níquel
Sin embargo, hay excepciones a esta regla. Y es que hay personas que son más sensibles de lo común al níquel, en las que puede provocar reacciones de tipo alérgico de cierta relevancia clínica (mayormente cutáneas).
Por ello, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) elabora un informe en el que detalla los alimentos con mayor contenido en níquel y que, por tanto, tienen más riesgo de provocar reacciones en este segmento de la población.
Así, los alimentos que tienden a acumular mayores concentraciones de níquel son "legumbres, frutos secos y semillas oleaginosas" (particularmente, las habas de soja, la harina de soja, las castañas y los anacardos) seguidos de "productos para usos nutricionales especiales" (concretamente, extractos de plantas y minerales).
En un nivel medio se encontraron "azúcar y confitería" (casi enteramente por productos con chocolate), "hierbas, especias y condimentos" y "vegetales y derivados" (principalmente, productos de cacao, té y algas).
Cabe señalar, no obstante, que los estudios han demostrado que incluso en las personas alérgicas los síntomas solo suelen aparecer con ingestas mayores a los 500 microgramos, por lo que no necesariamente es necesario evitar por completo estos alimentos, sino que puede bastar en algunos casos simplemente con moderar su consumo.
De la misma manera, y teniendo en cuenta que en el caso de los alimentos vegetales el aporte de níquel suele proceder del suelo en el que se cultivan y en el caso de los marinos suele proceder de la contaminación del agua, el origen geográfico del alimento tiene en ocasiones una influencia decisiva en el contenido en níquel de los mismos.
Fuente consultada aquí.