Ambas enfermedades son producidas por una reacción del cuerpo a una sustancia alergénica.
Dra. Karen Martínez
La Dermatitis Atópica (DA) es una enfermedad inflamatoria de la piel en la que existe una alta sensibilidad a alérgenos. No es contagiosa y se ve ligada a diferentes factores ambientales y genéticos. Típicamente se manifiesta como placas de piel seca, escamosa y enrojecida que causan picazón y se localizan en los pliegues de muñecas, codos, rodillas y tobillos, así como también en el cuello y partes del rostro. Las personas que padecen de esta enfermedad tienen ciertas mutaciones genéticas que hacen que las barreras epiteliales de la piel, los pulmones y el intestino no funcionen correctamente, por lo que suelen presentar la llamada “marcha atópica” que involucra la progresión y/o superposición de otras enfermedades atópicas a lo largo de su vida, como son la alergia alimentaria, la rinitis alérgica y el asma.
¿Qué es el asma?
Es una enfermedad respiratoria que causa inflamación y obstrucción de las vías respiratorias bajas, más específicamente de los bronquios, que son los conductos que llevan el aire que respiramos hasta los pulmones. Esta respuesta del cuerpo llamada “broncoconstricción” es generada por la contracción del músculo liso presente en los bronquios que se desencadena por la conjugación de estímulos neuronales, inmunológicos y ambientales.
Como consecuencia, se reduce la entrada de aire, es decir, que, la capacidad vital -el volumen de aire que el pulmón es capaz de movilizar en condiciones normales- disminuye. Además, la broncoconstricción generada no permite que la persona exhale el volumen de aire correcto, por lo que cierto volumen queda atrapado en los pulmones y a su vez, dificulta la entrada de más aire. Por lo anterior, los síntomas típicos del asma son las sibilancias al auscultar los pulmones del paciente, disnea o sensación de falta de aire, presión en el pecho y tos.
La relación entre dermatitis atópica y asma
A simple vista, unas placas de piel seca y escamosa no parecieran tener relación con la obstrucción de las vías respiratorias bajas, pero en efecto la dermatitis atópica está relacionada con un tipo de asma llamado asma alérgica (definida por la combinación sintomática de sibilancias y rinoconjuntivitis). El vínculo entre ambas enfermedades radica en que son producidas por una reacción del cuerpo a una sustancia alergénica que puede estar presente en alimentos o en el medio que rodea a la persona. Múltiples estudios demuestran que, niños en edad escolar con diagnóstico de dermatitis atópica tienen mayor riesgo (aproximadamente cuatro veces más) de padecer asma y si los síntomas cutáneos son severos, se asocia a un mayor riesgo de asma grave, es decir, que puede experimentar al menos un episodio de disnea (falta de aire) en un año.
Dado lo anterior, cabe aclarar que, aunque la DA no es la causa directa del desarrollo del asma, se encuentra en estrecha relación debido a los mecanismos fisiopatológicos involucrados y por ende, es común ver pacientes con estas enfermedades en simultáneo.