Recientemente, y a través de un estudio, investigadores lograron que la Cutibacterium acnes, bacteria cutánea, produjera moléculas terapéuticas contra el acné.
Por: María Camila Sánchez
El acné, común en todas las edades, puede tratarse con antibióticos o isotretinoína. Sin embargo, estos métodos tienen efectos secundarios.
Los casos graves de acné se abordan con antibióticos para erradicar bacterias en folículos o isotretinoína (Accutane), derivado de vitamina A, que induce la muerte de sebocitos, productores de sebo.
Estos tratamientos, sin embargo, conllevan riesgos como la alteración de la homeostasis del microbioma cutáneo al no eliminar selectivamente bacterias, fotosensibilidad en el caso de antibióticos, o defectos congénitos y descamación intensa de la piel asociados a la isotretinoína.
Tratamiento natural para el acnéLos resultados del estudio encabezado por Marc Güell y publicada en el Nature Biotechnology, demuestra que la manipulación genómica de C. acnes permite la producción controlada de una proteína terapéutica, NGAL, sin comprometer la homeostasis cutánea.
"Hemos desarrollado una terapia tópica con un enfoque dirigido, utilizando lo que ya tiene la naturaleza. Hemos diseñado una bacteria que vive en la piel y la hemos hecho producir lo que nuestra piel necesita. Aquí nos hemos centrado en el tratamiento del acné, pero esta plataforma puede ampliarse a otras muchas indicaciones", explica Nastassia Knödlseder, primera autora del estudio.
Expansión de la ingeniería bacteriana para nuevas aplicaciones terapéuticas
"Hasta ahora, C. acnes se consideraba una bacteria intratable. Era increíblemente difícil introducir ADN y conseguir que produjera o secretara proteínas a partir de un elemento insertado en su genoma", explica Knödlseder, que es post doctoranda en el Laboratorio de Biología Sintética Traslacional de la UPF.
Sin embargo, dado que C. acnes parece un chasis de biología sintética atractivo para tratar enfermedades de la piel debido a su entorno de nicho en el interior de los folículos pilosos, su importancia para la homeostasis de la piel, su estrecho contacto con dianas terapéuticas relevantes, más el hecho de que se ha demostrado que se injerta con éxito cuando se aplica a la piel humana.
El camino hacia la terapéutica
"Hemos desarrollado una plataforma tecnológica que abre la puerta a editar cualquier bacteria para tratar múltiples enfermedades. Ahora estamos centrados en el uso de C. acnes para tratar el acné, pero podemos ofrecer circuitos genéticos para crear microbios inteligentes para aplicaciones relacionadas con la detección cutánea o la modulación inmunológica", señala Marc Güell.
En la misma línea, esta investigación continuará en el proyecto europeo 'SkinDev', donde científicos del Laboratorio de Biología Sintética Traslacional, junto con sus colaboradores, trabajarán en el diseño de C. acnes para abordar la dermatitis atópica, una afección cutánea inflamatoria crónica que presenta síntomas como piel seca, eczema e irritación intensa, especialmente prevalente en niños pequeños.
Aunque toda estrategia terapéutica viva debe someterse a validación individual, los investigadores expresan optimismo en la aplicación de estos microbios inteligentes en humanos, respaldados por la comprobada seguridad y eficacia del C. acnes no manipulado en la piel de pacientes.
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