Con el propósito de continuar y alcanzar la inmunidad de rebaño a nivel mundial, el proceso de vacunación es trascendental en toda la población
Por: Eduardo Najar
Los procesos de inmunización alrededor del mundo han ido avanzando de manera santificadora y gran escala, esto con la finalidad de poder controlar la epidemiología del COVID-19 y evitar índices de mortalidad y complicación en cada persona, sobre todo en aquellos que padecen de patologías crónicas y que poseen mayor predisposición de gravedad.
En los últimos meses la aprobación del uso de los diversos fármacos, en especial el de Pfizer ha sido aprobado para que sea administrado en la población más joven, ya que las recientes mutaciones del virus han comprobado su alta capacidad de infección en cualquier edad.
“Las infecciones han causado el cierre de muchas escuelas y trastornado la educación y socialización de los niños”, añadió el doctor Peter Marks al panel asesor de la FDA.
En un comunicado emitido desde la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) se determinó que la vacuna de Pfizer para niños entre los 5 y 11 años debe ser administrada pues sería segura y eficaz.
“Quiero reconocer el hecho de que hay fuertes sentimientos en el público a favor y en contra de la vacunación. La discusión sería sobre los datos científicos, no sobre las órdenes de vacunación, que corresponden a otros organismos por fuera de la FDA”, dijo Marks.
Por otro lado un estudio con infantes permitió descubrir que las vacunas de Pfizer previenen la infección sintomática en el 91% de los casos, aunque es un tercio de la dosis que reciben adolescentes y adultos.
Es así, como ese estima que en las próximas semanas se empiece con este nuevo proceso de vacunación, en este orden de ideas, los especialistas hacen énfasis en las dosis adecuadas y en la diferencia que se debe tener con las demás, a lo que serán distinguidas por medio de un color naranja que se llevara a cabo en la tapa del fármaco.
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